Sábado 01 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
"Se decía que la hicieron callar"

CIPOLLETTI (AC).- El juicio se sigue caracterizando por los enfrentamientos entre las partes, que más de una vez llegan a convertirse en agresiones verbales. Pero ayer por primera vez hubo un momento en el que se mantuvo el silencio, el respeto. Fue cuando declaró una testigo de la defensa que padece cáncer de huesos "por la contaminación del agua en Añelo", según ella.

Nora Apablaza estaba sentada en su silla de ruedas y llorando le pidió a los jueces "de corazón" que la ayudaran. Les solicitó "una inyección letal para terminar con el sufrimiento".

"No saben lo que estoy sufriendo. Ya no duermo, ya no es vida. Si hay jueces, si hay fiscales acá les pediría de corazón una inyección letal para terminar con este sufrimiento. No puedo más", insistió tras describir los padecimientos de su enfermedad terminal.

La mujer había sido citada por la defensa para reforzar la hipótesis de que el crimen de Zerdán pudo haber ocurrido por los análisis que realizó la víctima de la presunta contaminación del agua en Añelo. Tanto ella como su marido, que también declaró ayer, esperaban encontrar una respuesta a su problema. Pero el Tribunal les explicó que ellos no estaban investigando ese tema sino la responsabilidad de Juan Carlos y Juan Manuel Aguirre en el crimen de Ana Zerdán. Y que además, no tienen competencia en Neuquén.

"Nadie me escucha. Vine no sé para qué", respondió decepcionado Leopoldo Araneda, el marido de Apablaza.

La pareja considera que el homicidio puede estar vinculado a la muerte. Ambos relataron que la víctima les dijo en un momento "no voy a poder hacer más los análisis; me tienen mal esos análisis".

Fue por el caso de ellos que el INTI realizó un estudio en una demanda que se presentó hace tiempo. Según los testigos, se demostró que hubo contaminación. Según el abogado de Repsol que declaró hace unos días, el estudio reveló que la presencia de hidrocarburos era "ínfima" y que no tenía incidencia en el agua.

La pareja narró que ambos empezaron con problemas de salud "por la contaminación" y que recorrieron varios laboratorios en Río Negro y Neuquén para tratar de hacer los análisis. Nadie quería hacerlos. Estaban dispuestos a viajar a Chile cuando por intermedio de una farmacéutica llegaron a Zerdán.

Dijo que la bioquímica les hizo los estudios y que ellos empezaban a llevar gente para que también realizara análisis, pero un día les dijo que no iba a poder. "Yo la vi asustada, no la vi igual. Para mí que le habrían dicho que no hiciera más esos análisis o la habrían apretado", opinó Apablaza.

"Allá (en Añelo) se habló que la hicieron callar por la contaminación", agregó. Dijo que tiempo después quemaron la farmacia donde iban. "Hay algo raro, algo sucio. Es mi modo de pensar", opinó.

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