Las cuestiones sobre cuánto debe recortar sus emisiones de gases contaminantes cada Estado miembro y en qué modo los fabricantes de automóviles europeos han de lograr productos más limpios dominarán un debate en el que Reino Unido,  Francia y Alemania se perfilan como pesos pesados a la hora de ceder ante los temas más espinosos.

En los últimos tres meses, el órgano ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, ha realizado dos propuestas legales para combatir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el gas más asociado con el calentamiento global. La primera, el 19 de diciembre, consistía en unos objetivos mínimos para vehículos de pasajeros, de forma que los coches más pesados -y por tanto los más contaminantes- realizaran los mayores recortes. El proyecto recibió acaloradas críticas en los Estados miembro con una fuerte industria automovilística, especialmente Alemania, donde los pesados vehículos de lujo suponen un porcentaje desproporcionado de la producción total.

Debido a ello, la Comisión presentó el 23 de enero una serie de propuestas sobre qué medidas podrían tomar los 27 para cumplir el objetivo de reducir antes de 2020 sus emisiones en un 20 por ciento respecto a los niveles de 1990, como se acordó en la cumbre europea de marzo de 2007. Entre la paleta de ideas se incluía expandir el esquema europeo para comercializar permisos de emisión de CO2, de forma que las compañías tengan que comprar permisos mediante subasta en lugar de recibirlos gratis de los gobiernos. Además, se fijarían objetivos vinculantes para que los Estados miembro impulsen las energías renovables, como por ejemplo la solar, y reduzcan la cantidad de energía procedente de fuentes no cubiertas por el esquema de permisos.

Sin embargo, también estas propuestas fueron rápido vapuleadas, ya que muchos países consideraron sus objetivos como injustamente elevados, mientras que otros advirtieron de que obligándoles a comprar permisos de emisiones no podrían competir con otros rivales no europeos. El debate del lunes es el primero que se realizará sobre las propuestas con todos los ministros europeos del ramo y se espera que cada Estado miembro plante sus posiciones con vistas a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno que se celebrará en marzo. También está previsto que los titulares de Medio Ambiente discutan sobre la protección de las especies en peligro de extinción y los planes de la agenda para la reunión de marzo.

dpa