HENRY ORREGO
La suerte de decenas de cautivos en la selva colombiana es cada vez más incierta después de que las FARC sugirieron que no habrá más liberaciones como la de cuatro rehenes entregados a Venezuela.
En un comunicado casi simultáneo a la entrega de los ex congresistas esa guerrilla dijo que "ahora debe seguir el despeje militar de (los poblados de) Pradera y Florida por 45 días", para negociar allí un canje de rehenes por presos. Los relatos de los cuatro liberados subrayan las condiciones infrahumanas que afrontan los secuestrados, que Pérez comparó con las de "un campo de concentración".
Al llamado para que se actúe de forma urgente para salvar la vida de
quienes permanecen en la selva, se sumaron el gobierno francés, las familias de los rehenes y la presidenta argentina Cristina Kichner.
Pesimista frente a nuevas liberaciones, Lázaro Viveros, quien asesoró anteriores gobiernos colombianos en acercamientos con las FARC, consideró que "ahora la guerrilla endurecerá su posición y se cerrará en exigir la desmilitarización" de la zona, rechazada de plano por el gobierno.
Los analistas coinciden en que a se ha reducido sensiblemente el campo de acción de Chávez, a quien Bogotá interrumpió en noviembre las gestiones junto a la senadora opositora Piedad Córdoba, para buscar la libertad de los rehenes.
El senador de izquierda Gustavo Petro dijo que el comunicado de las FARC es "una especie de muchas gracias y adiós a Chávez y Piedad (Córdoba), hasta aquí llegamos, se acaba este tipo de proceso y regresamos al punto de partida que es la necesidad del despeje". (AFP)