NAIROBI (DPA) - El presidente de Kenia, Mwai Kibaki, y el líder de la oposición, Raila Odinga, firmaron ayer un acuerdo de reparto de poder para poner fin a la crisis que azota el país desde diciembre.
El nuevo acuerdo establece que la oposición reconocerá a Kibaki como presidente y elegirá a cambio un primer ministro, cargo que éste solamente puede perder a través de un voto de censura.
El Parlamento tendrá que aprobar los fundamentos legislativos que permitan concretar el acuerdo, explicó el ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, que lleva más de un mes dirigiendo las negociaciones.
En una primera reacción, tanto Kibaki como Odinga reforzaron su voluntad de cooperación y diálogo. "Estoy seguro de que tendremos éxito" en la reconstrucción -también económica- del país, dijo Kibaki. Odinga habló de "un nuevo capítulo en la historia" de Kenia. A su turno, Annan describió el acuerdo como "un compromiso que era necesario para la supervivencia de este país".
El mediador llamó a la reconciliación entre partidos y etnias, al tiempo que advirtió que el camino hacia la unidad no ha terminado. El próximo paso será que se discutan medidas a largo plazo para el restablecimiento de la paz y la normalidad en el país, indicó.
Se espera que los equipos negociadores se reúnan nuevamente el viernes para dialogar sobre este punto. También el sucesor de Annan, Ban Ki-moon, saludó el acuerdo. "Se trata de un avance decisivo para la solución de la crisis y le brinda a la población en Kenia la esperanza de que regrese la estabilidad democrática a su país", apuntó en una declaración. La controversia en torno a las elecciones presidenciales de finales de diciembre, cuyo resultado no reconoció la oposición, desató una crisis que se cobró un millar y medio de vidas y dejó cientos de miles de desplazados. En los últimos días se había incrementado la presión internacional para zanjar el conflicto. Estados Unidos, la Unión Europea y otros países amenazaron a quienes impidieran una solución pacífica a la crisis. "El mundo está con Kenia", aseguró ayer Annan. "Kenia no está sola".