Una avioneta de la policía se estrelló ayer sobre un sector densamente poblado del sureste de Santiago de Chile, muriendo sus seis ocupantes, y matando a cinco personas en tierra, registrándose además una decena de heridos, informaron las autoridades. Horas después del accidente, los bomberos y policías encontraron bajo los restos de la avioneta los cuerpos calcinados de tres mujeres, lo que elevó a 11 las víctimas fatales. Hasta el hallazgo de las mujeres calcinadas, la cifra conocida de muertos era de ocho personas.
El pequeño avión Cessna cayó alrededor de las 10.00 de la mañana en una cancha donde personas ancianas y niños practicaban deporte en la comuna de Peñalolén.
El accidente ocurrió a unos tres kilómetros del aeródromo civil de Tobalaba, donde al parecer se dirigía la nave. Una nota de la Dirección de Aeronáutica Civil dijo que el piloto, capitán Luciano Castro, y sus cinco pasajeros -un teniente de la policía y cuatro civiles- murieron calcinados. Los civiles eran jóvenes estudiantes de mecánica de aviación y estudiaban en escuelas politécnicas, dijo el general de la policía Jorge Rojas.
La aeronave se incendió al tocar tierra. El testigo Ricardo Valdebenito relató que ''en el último tramo el avión se ladeó, se enganchó en una reja (de la cancha) y cayó''. ''Había mujeres y niños haciendo gimnasia. Cuando cayó sonó una explosión y se incendiaron algunos árboles y mucha gente ayudó con mangueras de sus casas a apagar el fuego'', añadió.
El alcalde de la comuna de Peñalolén, Claudio Orrego, informó que ''justo en ese momento se realizaba un curso de gimnasia (en la cancha) cuando ocurrió el accidente''.