Miércoles 27 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
El juicio se prolonga y no hay fecha para alegatos
Inicialmente, iban a realizarse el 5 de marzo. No descartan alternar audiencias con el caso Suriani.

CIPOLLETTI (AC).- Pasaron quince audiencias y no se sabe cuántas serán necesarias para culminar el debate contra Juan Carlos y Juan Manuel Aguirre, los dos imputados por el crimen de la bioquímica Ana Zerdán.

Desde que comenzó el juicio fueron quedando testigos sin declarar, ya sea porque el tiempo no alcanzaba, no eran ubicados o porque alguien solicitaba uno nuevo. Esta lista paralela que se fue confeccionando ya tiene 15 personas. Y a ellas hay que sumarles las 19 que aún restan, incluyendo las 6 de hoy.

Inicialmente se pensaba que el 5 de marzo se iban a escuchar los alegatos, pero ante esta realidad, el presidente de la Cámara Segunda, Guillermo Baquero Lazcano, confirmó que será "imposible" culminar en esa fecha.

El panorama se complica para los camaristas porque el viernes 7 comienzan a juzgar a los tres imputados por el caso Suriani, el productor que fue asesinado en diciembre de 2004. Baquero Lazcano informó que la opción será realizar audiencias del caso Zerdán alternadas con este otro juicio. "La intención es llegar antes de Semana Santa", expresó el juez. Pero no se sabe. Todo dependerá también del desarrollo de las jornadas que quedan pendientes y de los pedidos de las partes.

 

Cinco cuestiones

 

Son varias las cuestiones que atentan contra los plazos. En primer lugar, que a diferencia de otros debates, no se tomaron testigos de un mismo tema para analizar en una jornada, sino que fueron puestos por cantidad, sin ningún orden especial. Esto hace que además de que cada día sea un "salpicón" de datos, se generen baches o jornadas interminables. Hubo días con cuatro testigos de peso, de muchas horas, o cuatro como ayer que se agotan con pocas preguntas y en poco tiempo.

Segundo, que los interrogatorios suelen ser en algunos casos muy reiterativos. Sobre todo en las primeras audiencias se le preguntaba dos o tres veces lo mismo a una persona.

Tercero, que tampoco se conforman las partes -especialmente la querella- cuando el testigo dice que no recuerda. Empieza a leerle, por tramos, prácticamente la declaración completa realizada en la instrucción con la finalidad de conseguir que la persona ratifique; hecho que no siempre ocurre.

Cuarto, que al menos hasta ahora se han mostrado reacios en incorporar por lectura los testimonios de quienes no son ubicados. En más de una ocasión el Tribunal lo propone, pero siempre se topa con la oposición de alguno. Si no es acusación, es defensa.

Y quinto, el tiempo contra el tiempo. Pasaron casi nueve años del homicidio y muchos realmente no recuerdan, aunque otros es evidente que prefieren no hacerlo. Los hay también que suman datos que jamás aportaron en todos estos años, en muchos casos matizados con apreciaciones que se fueron haciendo a lo largo del tiempo. Verdades nuevas, sobre verdades. Y esto genera preguntas y contra preguntas que alargan las jornadas más de lo previsto.

El juicio empezó el 6 de febrero y supuestamente tras 21 audiencias -y un total de 95 testigos- iba a culminar con los alegatos el 5 de marzo. Pero tal como están las cosas, es una incógnita cuántas jornadas más habrá que agregar y cuándo terminará.

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