Estados Unidos retiró discretamente de Argentina elementos radiactivos gastados de un reactor del Centro Atómico de Bariloche para prevenir un eventual robo por parte de grupos terroristas, según confirmaron ayer las autoridades.
La operación fue realizada en diciembre pasado y confirmada por la oficina de prensa de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
"Efectivamente se hizo el traslado y también la conversión de los reactores, todo monitoreado por la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica)", dijo una portavoz de la CNEA. El retiro de las 42 barras de combustible nuclear "gastado" del reactor RA6, instalado en el Centro Atómico Bariloche, se realizó el año pasado en el marco del "Tratado de no proliferación nuclear". Esta fue la confirmación oficial del departamento de Energía Nuclear de la Comisión Nacional de Energía Atómica, que tuvo a su cargo la coordinación del retiro del material trasladado a centro atómico Savannah River, en Carolina del Sur (USA).
La responsable de relaciones institucionales, Graciela Frodini, explicó a "Río Negro" que "el tratado establece que los países deben tener una determinada cantidad de uranio enriquecido y reconvertir sus reactores para poder utilizarlos para la producción de radioisótopos para la salud". La funcionaria aseguró que el retiro del combustible gastado, trasladado por vía terrestre hasta Buenos Aires y sacado del país por vía marítima, se hizo bajo estrictas medidas de seguridad. "El trabajo se hizo con la auditoría del Organismo Internacional de Energía Atómica y la Autoridad Regulatoria Nuclear, todo estuvo monitoreado y planificado y salió con todas las normas de seguridad para la población" detalló.
También informó que "el uranio enriquecido -extraído en diciembre- fue entregado por los Estados Unidos, en su momento, con la condición de que el país lo tenía que devolver".
La difusión nacional alcanzada por el operativo realizado en el reactor del Centro Atómico Bariloche sorprendió a los directivos de la CNEA por tratarse de un trabajo enmarcado en los compromisos internacionales suscriptos por la Argentina durante la última década.
La nota publicada ayer por Daniel Santoro, en el diario Clarín, reconoce que este tipo de operaciones ya se habían materializado en el 2000 con el retiro de "207 elementos combustibles gastados del reactor RA3 del Centro Atómico Ezeiza".
La noticia del matutino porteño detalla que los retiros de uranio usado y la reconversión de reactores realizados desde el 2.000 en adelante se hicieron en el marco del programa estadounidense de Aceptación de Elementos Combustibles Gastados de Reactores de Investigación, "al que la Argentina había adherido". Clarín destaca que el traslado del material gastado del RA6 se conoció "dos días después de que la presidenta Cristina Kirchner y su par brasileño, Lula Da Silva, firmaron un acuerdo para enriquecer uranio con fines pacíficos en forma conjunta y de construir un submarino a propulsión nuclear".
Argentina cuenta con la tecnología para enriquecer uranio en la planta de Pilcaniyeu, construida por Invap en los años 80 bajo contrato de la CNEA que mantiene su guarda y administración. El complejo nunca entró en la etapa de producción porque, a partir de su desarrollo, el país pudo acceder a la compra del combustible enriquecido a un costo menor que el requerido para su fabricación.
El enriquecimiento de uranio es el paso previo a la producción de plutonio, combustible nuclear que se utiliza específicamente para fines bélicos. Pero dentro de las fronteras del país el proceso cobraba relevancia porque Argentina era uno de los pocos en el mundo que utilizaba uranio enriquecido para sus reactores de investigación. (AB/AFP)
