Lunes 25 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 2 y 3 > Nacionales
Scioli cree que desde la Rosada operan en su contra
Superado ya su cómodo triunfo electoral, el gobernador lidia ahora con la difícil tarea de administrar el conflictivo territorio bonaerense. Ve operaciones en su contra desde Nación.

BUENOS AIRES (ABA).- A pesar de que la semana pasada se reunió con Kirchner y logró apoyo oficial para transformarse en cabeza de los congresales del poderoso peronismo bonaerense, Daniel Scioli, el gobernador de Buenos Aires, cree que desde la Casa de Gobierno operan en su contra para limarlo políticamente, afirmaron fuentes de su entorno.

Más allá de la foto sonriendo que se sacó con el ex presidente en las oficinas de Puerto Madero, en la intimidad desconfía cada vez más de los más altos funcionarios de la Casa Rosada.

EL gobernador está convencido de que las repentinas puebladas en las localidades bonaerenses de Junín y Tres Arroyos, por poner un par de ejemplos, donde los vecinos se manifestaron por la falta de seguridad, fueron fogoneadas en los medios por el oficialismo. Lo mismo con el sinfín de rumores que aseguran que su secretario de Seguridad, Carlos Stornelli, estaría a punto de renunciar de un momento a otro.

Scioli cree que esas versiones nacen en sectores del kirchnerismo que quieren hacerlo entender que no podrá gobernar si no se alinea de manera definitiva y sin tamices con los K. "Ya nos pusieron trabas para que nuestros hombres manejen la Legislatura bonaerense -se quejó una fuente del entorno de Scioli-, ahora nos hacen la vida imposible por el tema de la inseguridad. Quieren que pidamos la escupidera".

Stornelli se queja de que los intendentes del conurbano bonaerense desautorizan al gobernador: si tienen algún problema, sobre algún tema relativo a la seguridad o la obra pública, por ejemplo, llevan sus reclamos o pedidos de ayuda directamente a la Casa Rosada. "Para nosotros es muy difícil trabajar así", reveló en la intimidad el ex fiscal.

Aunque jamás lo va a admitir en público, Scioli cree que detrás de las operaciones en su contra se encuentra Alberto Fernández, el jefe de Gabinete.

Según su visión, Fernández se enemistó con él desde el día que se negó a designar a funcionarios afines a la Rosada en el Banco Provincia. El jefe de Gabinete pretendió tener influencia sobre esa entidad, que conoce de las épocas en las que trabajó junto a Eduardo Duhalde: fue titular de la Fundación del Bapro. Scioli desoyó sus pedidos y nombró al frente del Banco a Guillermo Francos. Ahora siente que Fernández, que cuenta con el respaldo absoluto de Néstor y Cristina Kirchner, le quitó apoyo. Tanto es así que el entorno del gobernador difunde la versión de que Fernández impulsa la aparición de un nuevo diario en la ciudad de La Plata que tendría como objetivo atacarlo políticamente.

"Siempre supimos que Kirchner iba a ponerle trabas a Daniel para que no pueda proyectarse a nivel nacional, pero nunca nos imaginamos que esto iba a pasar tan rápido y tan ferozmente", confesó un funcionario sciolista.

Más allá de la tesis conspirativa del Gobernador, es cierto que en la actualidad los más altos funcionarios de la Rosada critican por lo bajo sus modos de gestión. Dicen que su estilo mediático -mostrarse en cuanto acto pueda- podía darle resultados en la campaña electoral pero que para el día a día del gobierno es inservible y hasta negativo: "Está todo el tiempo yendo y viniendo, encontrándose con gente de la farándula. ¡Es gobernador de Buenos Aires! ¡Tienen que trabajar más!", explicó un funcionario K.

La otra crítica que le hacen en Balcarce 50 es que no previó la enorme magnitud que podía alcanzar la problemática del delito en el distrito, y que convocó a Stornelli para ocuparse del ministerio de Seguridad, que "no tiene ni nunca tuvo un plan para resolver lo que está pasando".

La relación entre Scioli y los Kirchner nunca fue fácil. Pero en esta etapa se vislumbra que será realmente compleja y complicada.

Asumió como gobernador de Buenos Aires hace sólo dos meses y los chisporroteos con la Casa Rosada ya comenzaron. Faltan cuatro años hasta que finalice su mandato.

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