ALICIA MILLER
amiller@rionegro.com.ar
Febrero finaliza con una agitación tristemente habitual en Río Negro:
El gremio docente Unter acaba de anunciar que parará por 48 horas en demanda de una mejora salarial que, por el momento, parece lejos de la oferta formulada por el gobierno provincial y de las posibilidades de concreción.
Entre los 1.290 fijados a nivel nacional como piso y los 1.800 que reclama la Unter existe una brecha enorme.
Es probable que, en algún momento, los contactos con el Ministerio de Educación nacional permitan incluir a la provincia en el Fondo Compensador, que implica un financiamiento adicional. Pero los tiempos se acortan.
El reclamo salarial no es el único tema que preocupa en Educación:
" Otra vez, el gobierno da muestra de haber desperdiciado el verano para las tareas de ampliación o mantenimiento de edificios escolares y -si bien las cifras difieren según quién las exponga- son numerosas las escuelas primarias, de Nivel Medio y jardines de infantes que tienen albañiles picando o componiendo, paredes en avance, baños por reparar, techos que amenazan goteras y yuyales con alimañas. Tal vez el caso extremo sea el de la Escuela de Hotelería y Gastronomía de Bariloche, que -sin gas- se vuelve una inútil cáscara, incapaz de servir al logro de sus fines. El servicio de transporte escolar y la provisión de los comedores también están en veremos. El gobierno espera que los problemas estrictamente edilicios se resuelvan con el crédito del BID para implementar la doble jornada en escuelas primarias, aunque el primer desembolso se prevé recién para el segundo semestre del año.
" Con el conflicto salarial se enlazó otro debate mucho más de fondo: el modo en que se definió la nueva currícula de Nivel Medio, cuya implementación obligatoria fue dispuesta como voluntaria por el gobierno, como modo de quitar un elemento irritante para el gremio docente, que expresó en su último congreso su malestar. No es un retoque. Es un cambio mayúsculo, una modificación de criterios que, para muchos integrantes del sistema, implica un atropello a lo que se debatió en reuniones durante todo el año. Sólo como ejemplo, consideran inadecuado que se elimine totalmente el estudio de la Historia Antigua. El mundo -según lo aprenderán nuestros alumnos secundarios- nace prácticamente con la llegada de Colón a América. Con el planteo de rescatar a los pueblos originarios, se priva de conocimientos indispensables para comprender integralmente nuestra civilización actual. Más allá de cuestiones que pueden teñirse por la ideología, se objeta una elevada abstracción desde el primer año, pretendiendo de los estudiantes un nivel de análisis que resulta sólo adecuado a un ciclo superior, sobre todo en las áreas humanísticas. Es de prever que con el comienzo de las clases estos temas se reactivarán.
El debate en Educación ha sumado
este año con cierto protagonismo a la defensora del Pueblo, Ana Piccinini. Días atrás presentó un informe señalando carencias notorias en infraestructura, insumos y personal en escuelas, y también en hospitales, comisarías y otras dependencias del Poder Ejecutivo provincial, como el Ipross y el Registro Civil.
El documento causó tal malestar en el gobierno que intentaron sembrar todo tipo de argumentos en contra de la defensora, aun cuando -como es sabido- Piccinini fue una importante dirigente de este mismo radicalismo gobernante hasta el momento de asumir el cargo mediante un acuerdo entre la Concertación y el bloque de Encuentro.
Lo cierto es que la defensora, que en un primer momento había centrado sus dictámenes en falencias de los organismos nacionales, pasó luego a ocuparse en forma intensiva del Ipross y ahora del Estado provincial en su conjunto, revelando muchos de los padecimientos a los que se ven expuestos quienes utilizan en forma diaria los servicios públicos rionegrinos. Sólo en los últimos días, ha advertido del riesgo de nulidad de todo aumento de tarifas que no cumpla previamente con la audiencia pública, y ha revelado que investiga el presunto uso indebido de la publicidad oficial como mecanismo para presionar a periodistas y medios a fin de "comprar opiniones" favorables al gobierno.
Pero, lamentablemente, no es la precariedad de las escuelas o los hospitales lo que desvela a la gestión Saiz, que está mucho más preocupada por conquistar como sea el voto de los barilochenses para la próxima elección de intendente en esa ciudad. Esta semana, los ministros de Hacienda y de Gobierno dijeron que sí a todo lo que se les pidió en Bariloche, desde postergar, revisar y escalonar el incremento del impuesto Inmobiliario -que no es más que acercar las valuaciones fiscales a la realidad-, hasta prometer que -ahora sí- la provincia remediará allí la crisis eléctrica y habrá obras y asistencia a raudales. Y lo hicieron en una reunión a la que no fue convocado ningún representante institucional del municipio local.
La inyección de recursos del Estado, subordinada a los intereses electorales del oficialismo, es una costumbre arraigada y no sólo en Río Negro.
Definido ya su candidato a intendente, el radicalismo ve como posible revertir los sucesivos reveses que le ha deparado Bariloche. Sobre todo, porque las circunstancias coinciden con la manifiesta resistencia del Frente para la Victoria a encolumnarse detrás de un candidato único.
Darío Barriga, el intendente interino, no supo o no quiso limar las distancias con el peronismo. Y en este partido, crece la resistencia a subordinarse a Sur, cuando la agrupación local no aporta una figura carismática como Icare ni ofrece resignar espacios en busca de la mejor solución para el conjunto.
Mal que le pese a Miguel Pichetto, que fue quien con más énfasis motorizó la política frentista en el peronismo, el efecto de las alianzas derivó más en debilitar al PJ que en aportarle mayor caudal electoral. En todo caso, el divisionismo entre quienes se recelaban mutuamente terminó significando la incorporación de un elemento disolvente que dio justificación a quienes apostaban a perder más que a ganar.
Para colmo, la interna del Frente Grande se agudizó, hasta quedar virtualmente como una extensión de la interna del radicalismo.
Ahora, Saiz aspira a que Cascón participe de la interna convocada por los interventores. Pero, en una evidente contradicción, desautorizó las reuniones que con ellos mantuvo su ministro de Gobierno, José Luis Rodríguez. La paradoja se completa con la importancia que hoy da el gobernador al sello partidario que afirmó despreciar cuando conformó la Concertación kirchnerista.
Mientras, el Frente para la Victoria sigue debatiendo quiénes contra quiénes, o a quién llevar como candidato para perder la menor cantidad posible de los votos obtenidos en anteriores comicios.