Viernes 22 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Llaves, actitudes y primeras sospechas

CIPOLLETTI (AC).- Dos testigos hablaron ayer sobre cómo apareció la llave del auto de la víctima, el indicio más fuerte que tomó la acusación contra Juan Manuel Aguirre.

Rosario Moll, ahijada de Zerdán, declaró que estaban en la comisaría Cuarta después de las 11 del 18 de setiembre cuando un policía le preguntó a Juan Carlos Aguirre si él sabía dónde estaba la llave del vehículo. "Dijo que no la tenía y que había un solo juego de esa llave". Pero cuando llegó Juan Manuel y Juan Carlos le hizo el comentario, el joven "espontáneamente" dijo que él tenía la llave consigo.

Marta Kranzi -amiga de la bioquímica- también estaba en ese momento, pero describió la situación algo diferente. Dijo que en un momento dado ingresó un policía, que se dirigió a Juan Carlos Aguirre y preguntó dónde estaban las llaves. Aguirre dijo que él no las tenía y que al rato Juan Manuel mostró un manojo de llaves. No recordó si Juan Manuel las tenía a las llaves o si las fue a buscar (como afirma la defensa); sí que Juan Manuel manifestó que "había un duplicado".

Las dos mujeres hablaron sobre cómo estaba Aguirre esa mañana. Moll lo notó "angustiado pero dentro de la angustia con cierta tranquilidad". Kranzi dijo que "lo veía compungido" y que "sollozaba a medida que hacía su relato".

Kranzi aseguró que cuando estaba con Aguirre él le contó que la noche anterior había ido a un restaurante de Neuquén. No le dijo con quién. "Sacó una boleta y la volvió a guardar", comentó la testigo. Ella vio un papel solamente; no la factura en detalle.

Esta exhibición de la boleta a la mañana siguiente según la querella fue "un deseo de justificación que nadie le pedía" al ahora imputado, porque en ese momento ninguno de los allegados a Zerdán desconfiaba de él.

Las sospechas vinieron después. Moll dijo que esa mañana todos intentaban consolarlo a Aguirre, aunque reconoció que le llamó la atención que esa tarde, cuando entregaron el cuerpo de Zerdán, Juan Carlos y su hijo iban haciendo comentarios sobre Boca y River y que le preguntaban a ella -que los llevaba en su auto- de qué equipo era. "Me pareció mal, yo no tenía ganas de hablar", sostuvo. Hubo otro episodio que marcó el inicio del cambio de actitud de los cercanos a Zerdán. Moll sostuvo el martes 21 hicieron un asado en la casa de sus padres porque se iban los hermanos de Ana. No era una fiesta, sino un momento para ayudar a los familiares. Fueron Juan Carlos y Juan Manuel "y ellos mostraban una actitud casi festiva, disfrutando el asado, hacían chistes, hablaban de cualquier cosa menos del crimen".

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