Viernes 22 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 24 y 25 > Internacionales
Rezos y violencia

Más fantasmal no podría ser la escena en el corazón de Belgrado: mientras alrededor de 200.000 serbios rezaban pacíficamente ante la catedral ortodoxa San Sava por sus compatriotas en el recién fundado Kosovo, miles de manifestantes violentos dejaban una estela de devastación por el centro. En la "calle de embajadas" Kneza Milosa los jóvenes alborotadores dispararon con cohetes contra la representación diplomática estadounidense, quemaron los puestos de vigilancia en el exterior y también hicieron arder el propio edificio. También la embajada croata y otras.

En la principal peatonal y en el central Parque Slavija se registraron imágenes similares de destrucción salvaje: fue saqueado un gran almacén, dos sucursales bancarias extranjeras fueron robadas, una cifra casi inabarcable de contenedores de basura ardía en llamas, numerosos pequeños quioscos eran arrasados. En todas partes se iniciaban focos de incendio.

Y todo esto se produce pese a que el jefe de gobierno Vojislav Kostunica le suplicó reiteradamente a las masas que transmitieran una imagen pacífica de la protesta serbia hacia el exterior. Al menos dos docenas de automóviles resultaron destruidos, al igual que un tranvía y cinco buses de línea. Los violentos lanzaron adoquines, botellas, todo lo que puedan arrancar de las calles. "La policía no se dejó ver en absoluto", informaron reporteros . Una ausencia sorprendente , o cómplice. (DPA)

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