Antes de verse cara a cara con Cruzeiro, San Lorenzo llevaba tres encuentros entre Libertadores y Clausura sin siquiera haber sumado puntos, ni tampoco haber marcado goles.
Anoche, ante un Nuevo Gasómetro repleto, el equipo de Ramón no pudo romper la maldición que parece haberse ensañado con su equipo en este 2008. Si bien es cierto que con el 0-0 sumó su primer punto, el premio consuelo sabe a poco, muy poco de acuerdo a las expectativas depositadas en el conjunto del riojano.
El inicio del partido en la tarde-noche del Bajo Flores, entregó a un San Lorenzo lanzado al ataque, consciente de la emergencia exigida por sus hinchas: ganar y enterrar los fantasmas aciagos para siempre. Sin embargo, el vértigo le ganó el duelo al juego y San Lorenzo tuvo pocas posibilidades de desnivelar en la etapa inicial.
La primera chance fue un
cabezazo de Silvera, que se fue desviado. El 'Cuqui' estuvo extrañamente errático en toda la noche y San Lorenzo lo sufriría. La segunda fue un tiro libre de D'Alessandro, que dio en el palo izquierdo del arco de
Fabio.
Sin embargo, la más clara fue de Cruzeiro, a seis del descanso. Vagner entró solo por la izquierda, pero por partida doble, perdió el duelo ante Orión.
En el complemento, llegaría lo mejor de San Lorenzo en lo que a opciones de gol se refiere, ya que en definición, la cotizada delantera azulgrana sigue en deuda. Primero fue Silvera, otra vez, quien cabeceó desviado desde una posición inmejorable. Minutos después, el 'Cuqui' no pudo con los reflejos de Fabio, que con un manotazo salvador, mantuvo el cero.
Casi de inmediato, Romeo (quien ingresó por un tibio Bergessio) se perdió un gol increíble en el área chica, solo ante el arquero paulista. Luego fue Torres, y luego otra vez Romeo y...
La falta de definición es la condena del 'Santo', quien no logra resolver su impotencia ofensiva, una peligrosa ineficacia que lo puede dejar afuera de todo.
