Jueves 14 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 20 y 21 > Opinion
Hillary ante la ola Obama

Hillary Clinton necesitará un gran golpe de fortuna para impedir que la enorme ola generada por Barack Obama lo conduzca a ganar la investidura demócrata para la presidencial de noviembre, mientras parece fracturarse la base electoral de la ex primera dama entre mujeres, blancos y los más modestos. El tiempo apremia, ya que solamente queda por decidirse un tercio de los delegados en la convención demócrata que designará a su candidato y Obama no sólo ha ganado siete elecciones primarias consecutivas desde el sábado con una considerable ventaja sobre su rival; el senador por Illinois, además, ha conseguido romper el apoyo incondicional que algunos grupos habían mostrado hacia Clinton.

El análisis del escrutinio de las elecciones de Virginia y Maryland muestra que Obama ha obtenido la mayoría del voto femenino, uno de los bastiones -hasta ahora- de la ex primera dama. La senadora por Nueva York, que ya ha ganado en los "grandes" estados de Nueva York, Nueva Jersey y California, está decidida a añadir los de Ohio y Texas a su palmarés.

Para permanecer en la carrera y revertir la tendencia que favorece a su contrincante, la victoria en estos dos estados, que celebrarán sus primarias el 4 marzo, es obligatoria. Los estrategas de Clinton quieren capitalizar el voto de los obreros y de las personas de la tercera edad de Ohio, dos categorías de electores a las que Obama no ha conseguido seducir todavía. Por su parte, en Texas cuenta con el voto de la poderosa minoría hispana y prevé también ganar en Pennsylvania, que votará el 22 de abril, para contrarrestar la "ola Obama". El equipo de Clinton ha insistido en que, incluso si Obama ha ganado en más estados hasta el momento, apenas un pequeño número de delegados separa a ambos contendientes. Según el campo de Obama serían 136, aunque esta distancia se reduciría considerablemente si se tiene en cuenta a los 796 "superdelegados", figuras demócratas y elegidos del partido que tienen libertad de voto y que de momento se decantan mayoritariamente a favor de Clinton.

Según el sitio independiente RealClearPolitics, teniendo en cuenta los votos de los "superdelegados" cuya preferencia se conoce, Obama cuenta actualmente con 1.260 delegados, frente a los 1.221 de Clinton. Para obtener la nominación demócrata es necesario conseguir el apoyo de al menos 2.025 de los 4.049 delegados que se reunirán en la convención de Denver (Colorado, oeste) entre el 25 y el 28 de agosto. El problema es que las próximas consultas podrían no crear una diferencia sustancial en número de delegados.

Las reglas del Partido Demócrata atribuyen los delegados de cada estado de forma proporcional a los votos, por lo que el perdedor de una primaria se asegura una cantidad de apoyos considerable. Ante esta situación, la batalla de los delegados y particularmente el papel de los "superdelegados" amenazan con envenenar el campo demócrata antes de la convención. Estos "superdelegados" representan el 20% del total y cerca del 40% de los necesarios para decantar la nominación. Por ello, el equipo de Obama hace hincapié en el número de estados y la cantidad de votos ganados por cada candidato: desde el inicio de las primarias -el 3 de enero- el senador de Illinois ha recogido más de 9 millones de sufragios por poco más de 8,5 millones de Hillary Clinton. Otra dificultad para la senadora es que antes del 4 de marzo hay otras consultas de menor importancia en las que no es favorita: el martes se votará el Hawai, estado natal de Obama, donde es favorito indiscutible, y en Wisconsin, en que los sondeos son también claramente favorables a éste.

 

ALAIN JEAN-ROBERT

AFP

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