DAMASCO, Siria.- El dirigente del grupo chiíta libanés Hizbollah, Imad Mughniyeh, buscado por la justicia argentina por los ataques a la Embajada de Israel y la AMIA, murió en un atentado en Damasco, Siria.

Mughniyeh, de 45 años, resultó muerto en un ataque con cocha-bomba perpetrado en una zona residencial de Damasco, Siria, y por el que Hizbollah responsabilizó a los servicios de inteligencia israelí.

Entre otras causas, sobre Mughniyeh pesaba una orden de búsqueda y captura decretada por la Corte de Argentina por el atentado de 1992 contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, en el que murieron 29 personas, y la mutual AMIA en 1994, donde hubo 85 víctimas fatales.

El fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, dijo que el líder de Hizbollah "fue el jefe operativo que tuvo a su cargo organizar la parte logística y el ingreso de todos los integrantes del grupo operativo" que destruyó la mutual judía.

Según informó ayer el Hizbollah, Mughniyeh fue el objetivo de "los sionistas y los países arrogantes por más de dos décadas". "Con orgullo lamentamos la muerte de un gran líder de la resistencia islámica después de una larga vida de Yihad (guerra santa), quien cayó como un mártir a manos de los sionistas israelíes", agrega el comunicado.

Israel rechazó lo que calificó "el intento de grupos terroristas de atribuirnos cualquier responsabilidad en este incidente. No tenemos nada que añadir", señaló un comunicado de la oficina del primer ministro israelí, Ehud Olmert.

Según los servicios de inteligencia estadounidenses, Mughniyeh era contacto desde hace años entre Hizbollah y los servicios secretos iraníes y consideraban que tenía su base en Teherán, estrecho aliado de Damasco.

El presidente de la AMIA, Luis Grynwald, en tanto, afirmó que la muerte de Mughniyeh "no cambiará nada" la investigación, sino, por el contrario "lo que hará es profundizar todo esto y ratificar que Interpol, y todos, están en alerta".

Mughniyeh era además buscado por la justicia estadounidense que lo consideraba involucrado en el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Beirut de 1982.

Ese ataque causó la muerte de unas sesenta personas, entre ellas varios marines y miembros de la CIA en Medio Oriente.

El dirigente asesinado también era buscado en relación al secuestro de un avión de la línea TWA en el aeropuerto de Beirut en 1985 y por varias acciones terroristas más. Además, luego de los atentados del 11 de setiembre de 2001 en EE.UU., este país ofreció una recompensa de 25 millones de dólares por su cabeza.

Duro golpe a Irán

La muerte de Mughniyeh representa un duro golpe para Irán y sus aliados. El jefe del Hizbollah participó en más de media docena de acciones terroristas en todo el mundo en

los últimos 25 años, y Teherán pierde así a uno de sus más fieles vasallos en el mundo árabe.

Guardia de Yasser Arafat antes de la expulsión de la cúpula palestina de Beirut en 1982, Mughniyeh era considerado uno de los más acérrimos extremistas de Cercano Oriente.

Para evitar atentados, el misterioso miliciano se había realizado varias operaciones en el rostro. Su inteligencia y su experiencia le valieron el apodo de "el zorro". A los niños de escuelas palestinas se les presentaba a Mughniyeh, uno de los terroristas más buscados del mundo, como "uno de nuestros más grandes héroes". (AFP y Télam)