CIPOLLETTI (AC).- El socio de Ana Zerdán derrumbó la hipótesis más firme de la defensa, que vincula la muerte de la bioquímica con la contaminación del agua en Añelo. Roberto De la Vega aseguró ayer que no estaban investigando este tema sino que simplemente hicieron análisis de sangre a dos pacientes. Ellos en realidad actuaron como "intermediarios", dijo, porque en el laboratorio no tenían la posibilidad de realizar el estudio. "El resultado no nos llamó la atención. Estaban dentro de los valores normales", afirmó.

De todos modos esta línea investigativa seguirá analizándose en el debate. Hoy declarará el asesor legal de la firma Repsol, que fue solicitado al inicio del juicio por la querella ante la estrategia del defensor Jorge Larrea.

La sexta audiencia no fue muy positiva para Juan Carlos y Juan Manuel Aguirre, los dos procesados por homicidio calificado por alevosía. La querella lo sintetizó en una frase: "el que no aportó una piedra aportó una roca para colgársela en el 'cogote' a la defensa".

Es que también declaró Jorge Platino, otro de los policías que integró la comisión investigadora, quien dio algunos detalles de cómo se hicieron las averiguaciones de las hipótesis alternativas que iban surgiendo. No se limitó a relatar que todo conducía al entorno de la víctima, sino que contó el seguimiento que se hizo de dos pistas que surgieron en la causa: una que indicaba que habían visto a la víctima en un local bailable y otra en el casino. Ambas "fueron descartadas".

El oficial principal dijo además que había "lagunas" en las coartadas de los actuales imputados.

El relato más extenso de la jornada fue el que brindó el socio de la víctima, De la Vega, quien dio algunos detalles que la acusación agendó:

- El horario: después de las 20, cuando finalizaba la atención al público, Ana presionaba el botón de la cerradura de la puerta de blíndex y quedaba cerrado. Dijo que sólo había dos juegos completos de llaves. Uno lo tenía Ana y el otro él. Está comprobado que la víctima estaba orinando cuando alguien irrumpió. Si la puerta estaba cerrada y no fue violentada, "el universo se reduce a dos grupos de personas", consideró la querella: los que vivían en la casa de Ana o en la casa de De la Vega. Una vez que se descartó a De la Vega, quedaron los Aguirre", dijo Oscar Pan

dolfi.

- Las llaves: dedujo que Juan Manuel Aguirre fue quien le entregó la llave del auto de Zerdán a la policía, si bien no lo vio. Dijo que en la madrugada los investigadores no podían realizar las pericias en el vehículo porque no encontraban las llaves que usaba la víctima. A media mañana, cuando ya estaba Juan Manuel, pudieron abrir el Ford Fiesta para trabajar allí.

De la Vega hacía 20 años que era socio de Zerdán, además de vecino en el barrio Flamingo de Cipolletti. La madrugada en que se halló el cuerpo, Juan Carlos Aguirre lo llamó por teléfono a su casa para decirle que había encontrado a Ana. A diferencia de los policías, el bioquímico declaró que lo vio "acongojado, triste". El resto de los testigos describieron que actuó con "frialdad".

Aguirre estaba en la sala de espera, sentado. Le dijo que estaba "muerta o la habían matado". "Me quedé helado", reconoció.

Cuando se le preguntó a De la Vega por los análisis relacionados con la contaminación, aclaró que no eran estudios del agua sino de sangre en dos pacientes y que ellos no tenían el instrumental necesario para efectuarlos en el laboratorio. Sólo tomaron las muestras, las refrigeraron y las enviaron al IACA en Bahía Blanca. Actuaron como intermediarios. "No me llamó la atención, estaban dentro de los valores normales. Si hubiera sido grave, lo recordaría", expresó.

El defensor pidió de todos modos que le mostraran los resultados que están incorporados a la causa y tras observarlos, el bioquímico reiteró: "están dentro de los valores normales". Según el método utilizado, lo normal es hasta 0,40 de plomo en sangre y el resultado dio 0,17.

Aclaró que no se trató de una investigación sobre el tema porque tendrían que haber tomado muchas más muestras y haber realizado un seguimiento, hecho que no ocurrió.