SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Varias juntas vecinales de la zona Oeste analizan la posibilidad de asumir a su cargo los servicios que hoy debe prestar el municipio y reclamar a cambio una "coparticipación" sobre lo recaudado por tasas respectiva.
La idea surgió a partir del fuerte descontento que existe en numerosos barrios ubicados sobre la ruta a Llao Llao por la virtual "ausencia" del Estado municipal en la reparación de calles, mantenimiento de espacios verdes, alumbrado público y otras demandas de los vecinos.
El concejal del PPR, Daniel Pardo, recibió días atrás a un grupo de dirigentes de los barrios Tres Lagos, Nahuel Malal y Pájaro Azul, quienes le presentaron el reclamo de una mejora en los servicios.
Dijeron que más allá de la recolección esporádica de basura, el municipio brinda escasa atención a esos barrios y propusieron que las juntas vecinales asuman la responsabilidad de brindar ciertos servicios, con la transferencia de los recursos correspondientes.
Pardo dijo que la iniciativa le parece digna de ser estudiada "porque aumentaría la recaudación" y también porque una mejora en los servicios podría cambiar el clima social en una zona "donde habitualmente se registra el mayor ausentismo electoral".
El edil recordó que en 1994, durante el gobierno de María de Costa, el municipio suscribió convenios de descentralización de servicios con algunos barrios del Oeste, pero dijo desconocer el resultado de esa experiencia.
También hasta el año pasado estuvo en tratamiento en el Concejo un proyecto para actualizar la ordenanza orgánica de Juntas Vecinales que incluía la eventual cesión de facultades por parte del gobierno municipal, pero perdió estado parlamentario y nunca fue tratado.
"Nosotros lo que podríamos hacer es elaborar un modelo de convenio y aprobarlo como ordenanza, pero una medida así sólo avanzaría si existe la decisión del Ejecutivo", dijo Pardo.
Recordó que muchas juntas vecinales del Oeste "ya funcionan por sí mismas como prestadoras de algunos servicios como mantenimiento de calles, despeje de nieve o retiro de podas. Y le cobran una cuota obligatoria a los frentistas". Según Pardo, en la práctica funciona como una doble imposición, porque las Juntas cubren el déficit de prestación de servicios del municipio.
De acuerdo al convenio del 94 las organizaciones vecinales percibían el 50 por ciento de la recaudación por tasas registrada dentro de su jurisdicción. También debían presentar un plan anual de trabajos y una posterior rendición de cuentas.
Un empleado de la junta vecinal de Melipal (que durante un tiempo prestó servicios en reemplazo de la municipalidad) dijo que un mecanismo así podría dar resultados "pero el vecino se quejaría más, porque a la junta la tiene cerca, en cambio hoy ve al municipio como más lejano y lo deja pasar".
De aprobarse la descentralización por ordenanza, el camino sería bien distinto al elegido por el último gobierno del intendente Icare cuando cedió la prestación de servicios y también el cobro de tasas con un tarifario especial a la Asociación Empresarial del Área Catedral.
