Lunes 11 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 25 > Sociedad
Una llegada inesperada: se acercó a los turistas, comió y se sacó fotos
Un joven lobito de dos pelos sorprendió a los veraneantes que se encontraban en la Lobería

No sólo las orcas visitaron la zona de la Lobería en estos días. Otro inesperado visitante se acercó e hizo de las delicias de los turistas y veraneantes que pasaban una espectacular tarde de playa en Viedma.

Un joven lobito de dos pelos -que no es frecuente observar en esta zona- de casi un año se acercó sin inconvenientes a los veraneantes que se encontraban disfrutando del mar y la arena.

Si bien es frecuente descubrir desde la arena la curiosidad de los lobitos, no lo es que se acerquen como para tirarse también a tomar sol junto a la gente.

Y esto fue lo que ocurrió con este ejemplar. Estaba en los piletones naturales de la playa de la Lobería y cuando la gente menos lo esperaba allí estaba, cada vez más cerca.

El primer sentimiento que generó fue la ternura y como regalo a tal gesto amigable, la gente lo comenzó a rodear y le empezó a dar de comer como si fuera un perrito.

El lobito agradeció, no despreció ninguna invitación y posó a cuantas cámaras quisieron retratarlo.

Se sospecha que pudo ser liberado de algún acuario y de allí su actitud de acercamiento a la gente.

Los guardias ambientales le dieron unos días de plazo para que retornara a su hábitat natural y que se alimentara por sus propios medios pero el lobito insistió en regresar al público una y otra vez incansablemente.

 

Estado óptimo

 

Por su protección y luego de corroborar que su estado era óptimo fue trasladado luego a la zona de bahía Rosas donde no es tanta la afluencia de personas que pueden influir negativamente para su desarrollo en su medio.

El lobito siguió así su rumbo aunque no se descarta que extrañe los flashes y regrese en cualquier momento para seguir cosechando amigos que regalen comida.

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