Lunes 11 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 15 > Sociedad
"La violencia de género tiene su base en sentir a la mujer como menos"
La violencia contra las mujeres no queda asentada en ningún lugar, salvo cuando llega al extremo del homicidio. Millones de casos quedan en la oscuridad. Es un tema que abarca el machismo y la discriminación.

"La violencia contra la mujer está marcando el inicio del año", alertó Amnistía Internacional Argentina tras conocerse el asesinato de tres mujeres por parte de sus concubinos o ex maridos en Río Negro, Entre Ríos y Tucumán. Esta organización de derechos humanos, de casi 50 años de trayectoria en todo el mundo, reclamó al gobierno argentino que instrumente políticas de Estado para combatir la violencia de género y denunció que la situación es "una vergüenza para los derechos humanos". Al respecto hablamos con Rafael Barca, director ejecutivo de AI en nuestro país, quien explicó en qué consiste su trabajo, cómo analizan la situación a la que están sometidas muchas mujeres en nuestro país, qué es lo que le reclaman al Estado, cuál es el rol de los medios en el tratamiento de las noticias vinculadas con la violencia de género.

¿Qué es Amnistía Internacional?

Es la organización de derechos humanos más antigua del mundo; tenemos más de dos millones de socios y simpatizantes en todo el mundo y secciones, es decir oficinas, en cerca de 80 países. Somos un movimiento totalmente independiente, política y económicamente. No aceptamos dinero de gobiernos para nuestro trabajo de investigación y de acción. Nos mantenemos de las cuotas de nuestros socios miembros, donaciones particulares, de alguna fundación que financie un proyecto. Nuestro interés es la defensa de los derechos humanos. No defendemos un modelo de vida y un modelo de sociedad. Lo que hacemos es recordarles a los estados sus obligaciones que ellos mismos han aceptado al aprobar la declaración de los derechos humanos, al ser parte de la ONU, al firmar convenios internacionales como por ejemplo, para la eliminación de todas las formas de discriminación de la mujer.

Con respecto a la violencia hacia la mujer, ¿cómo la sitúan en el marco de la violación a otros derechos humanos?

Las mujeres sufren una violencia específica debido al género, a la discriminación y a la desigualdad en la que viven. Es una violación flagrante a los derechos humanos de las mujeres. Primero, con respecto al espíritu de la Declaración de los Derechos Humanos, que es la no discriminación, y después, a compromisos legales internacionales como las convenciones entre países, por ejemplo la de la ONU o la Interamericana contra la Violencia contra la Mujer.

¿En qué consiste la violencia hacia las mujeres? ¿Existen diferentes tipos?

Desde hace muchos años se acepta que la violencia no es solamente la física: la humillación, los gritos, los insultos y el desprecio constante de la mujer en la pareja se consideran otros tipos de violencia, aparte de los que son evidentes como los golpes o las violaciones. Muchas veces la gente cuestiona que también hay violencia contra los ancianos, contra los niños, que vivimos en una sociedad violenta. Pero la ejercida contra la mujer es específica, porque está basada en el género y necesita para existir de la discriminación constante hacia ella y de la impunidad de esos actos de discriminación. Por ejemplo, las mujeres cobran menos que los hombres y ese acto es impune. Todos esos actos de discriminación son el caldo de cultivo de la

violencia. Sin la discriminación, sin la desigualdad y sin la impunidad que goza esa discriminación no existiría la violencia de género o, por lo menos, no en el calibre que estamos viendo.

Frente a esta situación ¿qué es lo que creen que tiene que hacer el Estado?

Tiene que hacerse cargo de este problema como un problema de Estado, a largo plazo, con una serie de medidas coordinadas que ataquen el ahora pero también planifiquen al futuro; es decir, un plan de acción que no dependa de quién esté en el poder en ese momento. Nosotros reconocemos que ha habido grandes avances en los últimos diez años, que en muchas provincias hay leyes, que mucha gente trabaja en esto, pero no es suficiente. Muchas veces se trabaja, se crea un sitio donde las mujeres ya saben que pueden ir, luego se va el intendente o el ministro y se cae todo. Lo que pedimos precisamente es que se tome el problema -que resulta tan grave y afecta a tanta gente- en serio, por ejemplo como el del tránsito en la ciudad o la basura del Riachuelo que es un desastre. Lo mismo pedimos para la violencia de género; es decir, que haya una mesa nacional contra la violencia de género donde todos los poderes se sienten y digan qué es lo que pueden hacer desde cada sitio. Lo que también ocurre es que la mujer se somete a una especie de "lotería de código postal": hay provincias que tienen más servicios que otras, sitios donde a la mujer se la protege desde la legislación y otros no, o donde la legislación nacional no se aplica de la misma manera y no puede ser. Todas las mujeres tienen derecho a la misma protección.

A veces las mujeres son violentadas por sus parejas puertas adentro, en los límites de su propia casa, pero después desde la Justicia o desde los medios también se las maltrata, ¿esto es así?

Muchas mujeres hablan del maltrato por parte del Estado. A la mujer se le pone mucha presión para que denuncie, y efectivamente tiene que denunciar, pero cuando la mujer denuncia, en primer lugar se pone más en peligro porque el violento se siente como que se le escapa la impunidad, que está descubierto. Y, cuando va a denunciar, a veces se encuentra con una autoridad que no le responde, que le dice "bueno mujer no es nada o a lo mejor lo produjiste tú", con una familia que le dice "mira, aguántalo, es así, él tiene ese carácter pero es bueno y te quiere", o un empleador que le dice "mira si sigues viniendo así te voy a tener que despedir". Se encuentra con una sociedad que no la apoya; no hay refugios, no hay ayudas, no hay sitios donde la mujer se pueda sentir segura. Cuando una mujer va a una denuncia en muchos sitios va a un vacío. Ahí es donde falla el Estado, ahí es donde tiene que estar el Estado.

En el primer punto de nuestro plan de acción pedimos que las autoridades públicas, desde la presidenta hasta los gobernadores, los intendentes, los jefes de policía, que todas las autoridades digan que éste es un tipo de violencia que no se va a tolerar por parte del Estado. Que realmente la mujer sienta que tiene sus derechos, que van a ser respetados y que eso la anime a salir de esa situación terrible de violencia. Muchas veces oyes que la obligan a mediar. Gracias a Dios cada vez se la está utilizando menos pero algunos jueces todavía obligan a la mediación como primer paso. No hay nada que mediar entre el violento y una mujer maltratada, pero a veces tienen que pasar por esos malos tragos. Otras veces, las mujeres que no tienen dinero para el colectivo para ir a poner la denuncia tienen que pasar a las 4 de la mañana para hacer cola en los tribunales para tener una ayuda gratuita y llevar el proceso judicial que es complicado. No decimos que es fácil, pero el Estado debe ocuparse, además, porque tiene una obligación legal de hacerlo. Hay que apoyar a las organizaciones que defienden a la mujer, económicamente o de alguna manera. Y no discriminar. Cuando éramos niños y nos juntábamos los primos y las primas a jugar en casa del abuelo, por ejemplo, se llamaba a la hora de comer y había que poner la mesa, había un género que dejaba de jugar para empezar a trabajar para otro género. Los hombres seguíamos jugando. Eso es discriminación.

NATALIA LÓPEZ

natalial@rionegro.com.ar

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