Lunes 11 de Febrero de 2008 Edicion impresa pag. 27 > Cultura y Espectaculos
EN CLAVE DE Y

Grageas y ensaladas 

Gracias a Mariela, que me facilitó "La ausencia de las mujeres en los contenidos escolares".

" La ciencia, a pesar de ser una palabra femenina, ha sido durante siglos patrimonio masculino. Las honrosas excepciones que conocemos son eso, excepciones, y tan excepcionales son que empezamos la lista prácticamente en el siglo XX con María Curie. Y no es menor el dato de que las mujeres que recibieron el premio Nobel en Ciencias, constituyen sólo el 2%.

(¿Qué pasó con esa sociedad igualitaria que según la Historia, caracterizó los primeros pasos de la humanidad? También he accedido a teorías según las cuales la primigenia fue una sociedad matriarcal, lo cual indicaría una conducción perdida vaya a saber por qué; de mismo modo que vaya a saber por qué dejó de ser igualitaria. Si usted consulta, tendrá argumentos para un lado y para otro, y para arriba y para abajo, todos muy bien fundamentados.)

" Como la ciencia nace de la observación del mundo que nos rodea, las mujeres recolectoras de alimento, que tal parecería ser uno de sus roles en la sociedad primitiva igualitaria, distinguieron plantas, identificaron especies y variedades, encontraron los mejores hábitats. Son las primeras botánicas. Esa misma responsabilidad conllevó otra, la de relacionar fases de la luna o el ascenso de una estrella, con el ciclo de las estaciones. Son las primeras astrónomas. Aprendieron a hornear barro, cerámica y esmaltes, fabricaron orfebrería y joyería, crearon cosméticos. Son las primeras químicas. Después de ahí, y hasta las magas (médicas) de la llamada Edad Media, no tenemos más, sobre todo porque las persiguieron tanto que les quedó claro que esas eran "cosas de hombres". Y luego, muy lentamente, alguna que otra dama se destaca hasta llegar a los logros del siglo XX.

(¿No tenemos nada? Una trabajosa recopilación descubre a Theano, filósofa y matemática que sucedió a Pitágoras Crotona 500 AC- ; a María la Judía -Alejandría, siglo I- destacada química, inventora de aparatos para la destilación y sublimación de materias químicas, entre ellos uno que ha llegado intacto hasta nosotras, utilizado tanto en la cocina como en el laboratorio, el "baño María" ; Hypatia, filósofa y científica -Grecia, siglo IV-, diseñó el astrolabio plano para medir la posición de las estrellas, los planetas y el sol. Escribió más de 44 libros e inventó el destilador de agua y el planisferio. Y tenemos a Trotula, que en el siglo XI ejerció la medicina, y sus libros de texto se utilizaron hasta el siglo XVI. Fue una adelantada: refiriéndose al control de la natalidad y a las causas y tratamientos de la infertilidad escribió que "es igualmente frecuente que la concepción sea impedida por un defecto del hombre como de la mujer". La lista sigue, y es muy grande y me cuesta elegir nombres; pero no quiero dejar de compartir con usted esta perlita: Mileva Maric escribió en una carta a sus amigos científicos: "Hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará famoso a mi marido". Estamos en 1914. Mileva fue la primera mujer de Albert Einstein, y a tal punto impresionaba a sus colegas con sus conocimientos matemáticos y su genialidad, que escribieron sobre ella: "Sabíamos que era la base sobre la que Albert se levantaba; que le resolvía todos los problemas matemáticos, en especial los relacionados con la teoría de la relatividad". Pero los laureles -y la tremenda responsabilidad que derivó en el uso bélico de tal teoría, todo hay que decirlo -le correspondieron a él.

" Desde hace tiempo, grageas y hojas, tomografías y frutos, rayos y raíces, científicos y científicas, medicina alopática y homeopática, conviven en una suerte de armonía inarmónica; algo parecido a la guerra fría entre norteamericanos y soviéticos. Y está por verse el triunfo de una u otra, de "ella" o de "él".

(¿O la síntesis?)

 

 

MARÍA EMILIA SALTO

bebasalto@hotmail.com

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí