Está visto que en la Argentina cuando se toma una medida para tratar de preservar algún interés o relación, se desnudan otros conflictos y aparecen contradicciones flagrantes.
Se "encauzó" la relación con Estados Unidos, pero la principal líder opositora Elisa Carrió denunció "la posible complicidad" entre el embajador Anthony Wayne y el gobierno para "morigerar, esconder o encapsular evidencias que pudiesen existir en la causa tramitada en Miami" por el caso del "valijero" Antonini Wilson.
El anticipado rechazo del Vaticano para que el ex ministro Alberto Iribarne se convierta en embajador ante el Papa Benedicto XVI, abrió una grieta entre la Santa Sede y la Rosada, que deslizó acusaciones contra los sectores ortodoxos de la Iglesia y se preguntó por qué no hay una gestión conciliadora "oficiosa" de parte del cardenal Jorge Bergoglio.
Los asambleístas de Gualeguaychú pusieron en un nuevo "brete" a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: se constituyeron en gendarmes de los pasos fronterizos y debilitaron aún más los reclamos nacionales ante el Tribunal Internacional de La Haya, para que se saque la pastera Botnia de la localidad uruguaya de Fray Bentos.
Se desactivó (?) "la operación basura" y se preservó el vínculo con la principal potencia mundial, explicitadas por un comunicado de EE. UU. y dichos del jefe de Gabinete, Alberto Fernández:
" El proceso penal en Miami no posee un objetivo de política exterior y se centra en violaciones a las leyes norteamericanas por supuestos agentes de Venezuela.
" Las afirmaciones sobre el destino del dinero ingresado en forma ilegal a la Argentina en un avión contratado por Enarsa, en agosto del año pasado, "no fueron formuladas por el gobierno de EE. UU".
" Con independencia, hay una causa paralela en la que se analizan posibles violaciones en la Argentina al ingreso de divisas y actividades de lavado de dinero.
Si ahora los detenidos en Miami reconocen su culpabilidad, como hizo uno de ellos (el abogado Moisés Maionica aceptó haber conspirado), se suspendería la audiencia del 17 de marzo y las investigaciones tendrían un límite preciso: la embestida norteamericana se concentrará en el venezolano Hugo Chávez. Los jueces argentinos, por su parte, deberían determinar quién trajo los 800.000 dólares y quién o quiénes eran sus destinatarios.
En el gobierno, se afirma que Wilson es un agente encubierto del FBI y, muy por lo bajo, se cuestiona al "aliado" Chávez, por la "ingenuidad y el desorden" con los que se manejan sus funcionarios. Hay otra autocrítica y gira alrededor "de la excesiva confianza" de las autoridades del Ministerio de Planificación. "Por eso (Néstor) Kirchner echó a (Claudio) Uberti", se indicó a "Río Negro".
¿Cómo debería verificarse la recomposición bilateral? Héctor Timerman espera ser aceptado como representante en Washington y el subsecretario Tom Shannon se prepara para viajar a Buenos Aires. A todo esto, ya Wayne planifica verse con los ministros Martín Lousteau y Nilda Garré y retoma su agenda en el interior, empezando por Neuquén, donde lo esperará el gobernador Jorge Sapag.
La "normalidad" se dará, eso sí, en un marco de frialdad. El punto más bajo del nexo se dio durante la cumbre iberoamericana, en Mar del Plata, donde se alentó una manifestación contra el presidente George W. Bush.
Los sectores "chavistas" de la administración K querían poco menos que "una rendición" de Bush, algo impensable, como lo sostuvo Alberto Fernández, el componedor.
Habrá intercambios y trabajos conjuntos, ajustados al proceso electoral que se vive en Estados Unidos. En junio y agosto habrá receso parlamentario y luego Bush "renqueará cada vez más".
Cristina quiere tener un contacto maduro tanto con demócratas como con republicanos.
"No hay antiamericanismo estúpido", dijo a este diario Miguel Pichetto, quien en enero del 2006 fue anfitrión junto con Jorge Capitanich y José Pampuro, del senador John McCain, uno de los principales candidatos del Partido Republicano.
"McCain es un hombre criterioso. Mantiene la belicosidad en el tema Irak, pero tiene una visión más humanitaria que los halcones y una posición crítica con respecto a la prisión de Guantánamo", explicó.
Después de sentirse "injustamente agraviada", Cristina Fernández se prepara para jugar como factor de equilibrio en la región, con Lula, de Brasil. No abjurará de su amistad privilegiada con Chávez, pero a la vez tratará de contener sus desbordes.
Insistirá en la designación de Iribarne. De no prosperar, dejará en el Vaticano al encargado de negocios. Supone que la causa del rechazo no es su estado civil (divorciado), sino el episodio que involucró al ex obispo castrense Antonio Basetto, quien mantuvo una dura polémica por el aborto con el ex ministro de Salud, Ginés González García.
"Lo del Vaticano es una locura incomprensible. Iribarne es un hombre respetable. En la Iglesia Católica hay mucha hipocresía, pues no se procede igual con los curas u obispos con conductas reprobables". Anticipa Pichetto cuál será el tono del discurso K.
Con sus "tarjetas verdes", en tanto, los asambleístas de Gualeguaychú seguirán poniendo rojos de ira, no sólo a aquellos que quieren transitar libremente por los puentes internacionales, sino también al gobierno, que está saturado pero resuelto a no reprimir.
ARNALDO PAGANETTI
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