El desierto de Arizona será escenario del ansiado duelo que espera toda la afición deportiva norteamericana: la final del Super Bowl.
Esta vez, los protagonistas serán los New England Patriots y los New York Giants, que tendrán a cargo uno de los espectáculos con mayor audiencia mundial y que cada año bate records y supera cifras millonarias.
En la final de la liga de fútbol americano (NFL) los papeles de los dos equipos de la costa este nunca habían estado más claramente repartidos. Los "Patriotas" de Boston han ganado todos los partidos de la temporada y son el ataque más fuerte que ha habido en el fútbol americano gracias al aporte del "quarterback" Tom Brady y al receptor Randy Moss. Y son un conjunto experto. Cuatro jugadores estuvieron presentes en los tres títulos previos de los Patriots, que han alcanzado por cuarta vez desde el 2002 en la final de la NFL.
Los "Gigantes" de Nueva York se aferran a su poderío lejos de su estadio. La última vez que ganaron el Super Bowl fue en un ya lejano 1991. Son los "outsiders" y se sienten bien con ese papel. Hasta el punto de que al entrenador Tom Coughlin no le gustó que el receptor Plaxico Burress profetizara un triunfo y predijera incluso el resultado: 23-17.
En Boston se están ofreciendo 4.300 dólares por una entrada y por las mejor situadas se están pidiendo y pagando 10.000. Es que los 'Pats' pueden hacer historia y nadie quiere quedar afuera, ya que serían los primeros en ganar un Super Bowl de manera invicta. En la tevé, los precios también están por las nubes. Por 30 segundos los anunciantes están dispuestos a pagar 2,7 millones de dólares.
