BUENOS AIRES (DyN) - El ex ministro Roberto Lavagna afirmó hoy que con el ex presidente Néstor Kirchner "no hubo reconciliación, porque nunca hubo pelea", al referirse al sorpresivo acuerdo alcanzado entre ambos para reorganizar el Partido Justicialista.
Lavagna aclaró que, no obstante el consenso logrado entre el jueves y viernes pasado en la Quinta de Olivos y difundido hoy, "siguen vigentes todos los disensos" que planteó durante la campaña electoral de octubre último, y que ahora se discutirán "en el ámbito" del partido.
El ex funcionario sostuvo que "es una tontería" comparar este acuerdo con el denominado Pacto de Olivos, celebrado entre los ex presidentes Carlos Menem y Raúl Alfonsín en 1994, que permitió la reelección del primero un año después. "Las circunstancias son distintas y los personajes que están en la foto son distintos", advirtió.
El dirigente declaró que "no hay reconciliación (con Kirchner) porque nunca hubo pelea; sí diferencias políticas, a finales de 2005 (cuando dejó el Ministerio de Economía), pero en lo personal nunca hubo pelea". "La palabra reconciliación no va, lo que va es la idea de una etapa distinta, de trabajar en forma conjunta", advirtió el titular de UNA (Una Nación Avanzada), sobre el acuerdo con Kirchner.
El economista aclaró que, en este acuerdo, lo acompaña "todo el sector" del justicialismo, y especificó que "es altamente probable que Eduardo Camaño, presidente del congreso del partido, sea quien presida" el cónclave, del que estimó aún carece de fecha.
El ex ministro aseguró también que el acuerdo no implica una alianza con el kirchnerismo, sino a "la reorganización y la modernización" de un justicialismo que "estaba en hibernación". "Estamos hablando estrictamente de lo partidario, sobre la base de la diversidad", sentenció el ex candidato.
En declaraciones a las radios América y 10, Lavagna vaticinó que "lo que se haga, de ser exitoso, va a tener un impacto favorable en el resto de los partidos". "Hemos puesto la mejor buena voluntad de ambos lados.
Nos pusimos de acuerdo en que vale la penas hacer este intento", comentó, respecto de los encuentros mantenidos con Kirchner. A la vez, indicó que nunca realizó "ni seguidismo ni oposición rabiosa al Gobierno" y que "no hay que revolear acusaciones sino trabajar con propuestas", en lo que pareció una crítica hacia la dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió.
Además, tomó distancia del radicalismo que lo acompañó en los comicios, al apuntar que "hubo declaraciones" desde ese partido según las cuales "retomaban su camino" luego de la compulsa de octubre, por lo que aseveró que "esto no tiene nada de sorpresivo".
Además aseguró que "es una posibilidad" que acompañe a Kirchner como vicepresidente de una lista interna, aunque aclaró que "todavía no hay detalles de esa naturaleza" sino que se abordó "lo conceptual" en las reuniones.
Lavagna especificó que "el objetivo es la reorganización y la modernización del Partido Justicialista sobre la base de que hay una mayoría, conformada por quienes ganaron las elecciones, y hay una primera minoría, la del grupo que me tocó representar". "Yo había dicho durante la campaña que había muchos problemas institucionales, uno de ellos es la casi inexistencia de los partidos políticos, y lo que se abre ahora es la posibilidad de empezar a resolverlo", expresó.
Lavagna apuntó que "las democracias que funcionan admiten la diversidad" y ejemplificó que "Hillary Clinton y (Barak) Obama (candidatos presidenciales de los Estados Unidos) no se ponen de acuerdo sobre la guerra de Irak y pertenecen al mismo partido".
En ese sentido, señaló que "cualquiera de las cosas que se han dicho en la campaña es absolutamente válida, y es lo mismo que voy a decir internamente, en este proceso de reorganización, sabiendo que no somos la mayoría".