Martes 29 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 29 > Sociedad
En un enorme tronco esculpe el Cristo para la capilla de San Cayetano
Un artesano de Bariloche quiere concluir su obra antes de Semana Santa. La imagen tendrá dos metros de altura

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El artesano local Enrique Aros quiere concluir antes de Semana Santa su obra de mayor envergadura: un enorme Cristo con un sagrario en el pecho que esculpe sobre un tronco de 5 metros de altura, con una cruz de 3 metros donde se asientan los brazos extendidos y crucificados, para ubicarlo detrás del altar de la capilla San Cayetano.

La parte inferior de la escultura está adornada con flores autóctonas y otras figuras de delicada factura, realizadas sobre el mismo rollizo, que el artista comenzó a tallar hace casi cuatro años y a la intemperie, porque la obra completa no cabe dentro de su pequeña cabaña.

Al Cristo, de 2 metros de altura y con sus manos y pies realizados en la misma pieza, sin pegar ni agregar ningún elemento, sólo le falta terminar de esculpir el rostro, y el pulido final para que lo entronicen en la capilla del populoso barrio El Frutillar, donde el artesano Aros vive desde hace cinco años.

"La idea original fue construir sólo un sagrario para la capilla, porque viene mucha gente a la misa y el sagrario que existe es muy chiquito. Después el obispo Maletti (Fernando), gestionó ante Parques Nacionales la donación de un centenario tronco de ciprés, que estaba muerto en la base del cerro Ventana, y los padres Ángel y Renzo, de la capilla San Cayetano, apoyaron la idea de que esculpiera un cristo crucificado", relató Aros, quien llegó desde Puerto Montt cuando era muy chico, y nunca regresó a su Chile natal.

Aros, que en estos días cumplirá 62 años, llegó a Bariloche en 1954 y vivió y estudió en Fortín Mercedes, pero siente como propia esta ciudad y asegura que siempre fue su punto de referencia. Nunca se casó ni tuvo hijos, y heredó la habilidad para trabajar la madera de su madre, "una verdadera artista que me enseñó todo", según comentó con orgullo. Habita en una pequeña y humilde cabaña ubicada en la parte posterior del terreno donde vive su hermana, y en su interior exhibe otras muestras de su sensibilidad artística y su creativa inspiración. Trenes, maquetas de edificios, lámparas, adornos de pared y figuras talladas en lenga adornan su sencilla casa-habitación, y exhibe fotografías de las obras que hoy integran importantes colecciones o se exhiben en museos de América y Europa.

No es la primera vez que Aros incursiona en la imaginería religiosa, pero esta, sin duda, será su obra más importante.

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