NEUQUÉN (AN).- El crecimiento de la ciudad y el avance de las viviendas hacia la meseta llevó a que las actuaciones de control de plagas crecieran un 40% entre 2006 y el 2007.

Pero fueron las denuncias por perros mordedores o vagabundos las que encabezaron los reclamos y obligaron al municipio a realizar 472 intervenciones.

El año pasado fueron cerca de 900 los domicilios y oficinas que debieron ser fumigados, en tanto que se duplicó la cantidad de reclamos por la presencia de vinchucas, el insecto que transmite el Mal de Chagas.

El balance anual de la dirección de Zoonosis y Vectores del municipio evidenció que en el 2007 junto al crecimiento de la población también crecieron los reclamos por plagas y canes sueltos.

No obstante, el crecimiento más importante se dio en los pedidos de fumigaciones, que abarcaron tanto a viviendas particulares como a dependencias públicas provinciales y municipales. En este sentido la mayoría de los reclamos se vinculó con la presencia de chinches de cama, viudas negras y vinchucas.

En detalle se realizaron 144 fumigaciones por vinchucas, el doble de las registradas en 2006, 114 por viudas negras y por 84 chinches.

Las desratizaciones fueron otro de los pedidos, fundamentalmente en los barrios del norte como Terrazas del Neuquén, Islas Malvinas y El Progreso.

En total se realizaron 115 desratizaciones, muchas de las cuales estuvieron vinculadas con la existencia de microbasurales en el interior de los barrios.

La problemática de los perros mordedores y vagabundos sigue siendo uno de los grande problemas de la ciudad. Durante el 2007 fueron 472 las denuncias que la comuna recibió por la presencia de perros peligrosos sueltos, aunque desde Zoonosis se advirtió que "esta problemática es mucho más amplia ya que son muchos los casos de ataques que no son denunciados".

Con una población canina que ronda los cien mil animales, los problemas generados por su presencia son los que se ubican a la cabeza de los reclamos y denuncias que los neuquinos realizaron durante el año pasado.

Desde Zoonosis y Vectores se advirtió que la multiplicación de los reclamos por la presencia de insectos como arañas, alacranes y lagartijas no se debe a un crecimiento de esas poblaciones sino a la extensión de viviendas e incluso barrios a la zona de la meseta. "Las bardas son el hábitat natural de estas especies, por lo que los reclamos fueron constantes", se indicó en el informe realizado por las autoridades del área.