El presunto autor del fraude multimillonario contra el banco francés Société Générale admitió que ocultó información a sus superiores, pero negó haber obtenido beneficio alguno y tras dos días de detención policial salió ayer en libertad condicional.

Durante el interrogatorio Jérôme Kerviel, de 31 años, dijo que su objetivo era obtener una bonificación e impresionar a sus superiores sobre su capacidad, señaló en París el fiscal que lleva su caso, Jean-Claude Marin.

Las transacciones no autorizadas del corredor, llevadas a cabo durante alrededor de un año, han supuesto pérdidas de 4.900 millones de euros (7.150 millones de dólares) al banco. Ayer la Justicia le inició a Kerviel un expediente por sospecha de estafa y abuso de confianza, rechazando el pedido de la fiscalía de procesarlo por intento de defraudación.

Pese al pedido de Marin de que se le diera prisión preventiva a Kerviel para impedir que resulte influenciado, ayer se le otorgó libertad condicional al corredor.

Kerviel admitió haber traspasado sus límites de riesgo desde fines de 2005, y haberlo ocultado mediante falsos correos electrónicos y mandatos del computador, dijo el fiscal.

Pero también los abogados del corredor elevaron acusaciones, en su caso contra el banco, al sostener que éste quería "esconder pérdidas sustanciales bajo una cortina de humo". Ante las críticas de juristas, el jefe del grupo empresarial, Daniel Bouton, alegó ayer: "¿Cómo se puede pensar en esconder un agujero con otro? Eso es una idiotez".

Según se informó ayer, ya en noviembre de 2007 el Société Générale fue abordado desde el exterior por negocios de Kerviel.

En una entrevista publicada ayer en el "International Herald Tribune", el director de la sección de inversiones de Société Générale, Jean-Pierre Mustier, alegó que el banco había ignorado las advertencias sobre Kerviel porque aceptaba sus explicaciones sobre operaciones sospechosas. (AFP)