Lo dijo Radamel Falcao García: "Me sorprendió su manera de trabajar. Muy diferente a lo que se puede hacer aquí, tiene un estilo europeo", comentaba, entusiasmado, el atacante colombiano, quien nunca jugó en Europa ni fue entrenado por un técnico europeo.
Sí en cambio Diego Simeone, pues de él se trata el estilo europeo de trabajar. El Cholo dejó el fútbol argentino en 1990, cuando tenía 20 años, para jugar y ser campeón en Italia y España.
En sus 15 años de trayectoria europea, casi todos los de su vida como futbolista, el ahora entrenador de River fue elaborando su estilo como jugador, pero también el estilo del técnico que es.
La actual pretemporada incluye métodos de trabajos físicos sofisticados. Quizás el más curioso haya sido el de la prohibición de los asados y la incorporación de frutas. No está mal, claro, salvo que al fútbol jugaron poco y flojo.
El sábado, ante Boca, River pareció no saber cómo jugar. Como si les hubieran explicado todas las reglas juntas un rato antes del partido. Atribulados por tantas indicaciones y movimientos de ficción dibujados en pizarrones, se olvidaron de que jugar es más simple.
Están bien las ensaladas de fruta entre pique y pique, los tests físicos y las maniobras planificadas hasta la obsesión. Pero todo caerá en saco roto si el equipo no logra practicar con eficacia todo lo que al entrenador se le ocurre dibujar en su libreta. River corre, sugiere planteos inteligentes y su entrenador trabaja como pocos. Pero ya no come asados. Demasiada/o grasa.
José Omar Pastoriza, en cambio, hizo del asado un método: "Para armar un gran equipo, lo principal sigue siendo el asado", sostenía, metáfora mediante. Y mal no le fue: campeón de todo con Independiente. Otros tiempos, sí, pero no tanto.
Hace días cumplió años Ricardo Bochini, el crack de todos los Independiente de Pastoriza. ¿Cuántos asados habrá comido? Es hora de preocuparse por el colesterol del Bocha...
JUAN MOCCIARO
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