París (dpa) - El presidente del banco francés Société Générale, Daniel Bouton, está sometido cada vez a más presión debido a la pérdida de 4.900 millones de euros (7.150 millones de dólares) causada presuntamente por un operador de la entidad.
Según dijo hoy la ministra gala de Finanzas, Christine Lagarde, en el canal de televisión LCI, "los directores del banco son quienes deben decidir" si Bouton continúa al frente de Société Générale. Entre tanto, el presidente del comité de finanzas del Senado, Jean Arthuis, dijo a la radio France Inter: "No creo que a Bouton le quede otra salida que dejar su cargo".
Ya el lunes, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo al respecto: "Estamos en un sistema donde, cuando uno recibe un sueldo muy alto, probablemente de forma legítima, si hay un problema grave no puede eximir su responsabilidad".
Bouton señaló que se ofreció a dimitir cuando se aclararan las dudas sobre el presunto fraude de Jérôme Kerviel, pero afirmó que la junta directiva le pidió que permaneciera en su cargo. Mientras, el primer ministro francés, Fraçois Fillon, afirmó hoy en París que su gobierno no permitirá que Société Générale se convierta en objetivo de ofertas públicas de adquisición (OPA) hostiles.
"El gobierno está muy atento a todos los riesgos de desestabilización de Société Générale", señaló Fillon. También el asesor de Sarkozy Henri Guaino había dicho el domingo que "el Estado no se quedará de brazos cruzados si cualquier depredador trata de sacar partido de la situación".
El lunes, Citigroup dijo en una nota a sus clientes que HSBC y Barclay's podrían presentar ofertas sobre Société Générale, informaron los medios.
Por otro lado, las declaraciones realizadas por el joven Kerviel, de 31 años, durante dos días de interrogatorios, cuestionan la versión de los hechos que sostiene el banco. El fiscal de París, Jean-Claude Marin, dijo el lunes a los medios que Kerviel admitió haber comenzado con sus operaciones ficticias en 2005, un año antes que la fecha de la versión del banco, y sostuvo que no era el único miembro de Société Générale implicado en operaciones no autorizadas. Kerviel está siendo investigado por las acusaciones de falsificación y abuso de la confianza. Este procedimiento puede desembocar en una acusación formal que lo lleve a juicio, donde se enfrentaría a hasta siete años de prisión y una multa de 750.000 euros (1.109.000 dólares).