El confidente que propició la captura de la célula que iba cometer atentados suicidas en Barcelona la semana pasada dio detalles precisos sobre cómo el grupo de paquistaníes se preparaba para morir matando, según una información exclusiva que difundió la versión digital de "El País", de España.
Según este relato, el grupo planeaba inmolarse en el subte porque allí "los servicios de urgencia no pueden llegar".
"¿Por qué vamos a atacar en el subte de Barcelona y no en otro lado?", preguntó el suicida a su compañero de martirio, uno de los paquistaníes. "Porque si atacamos el metro los servicios de urgencia no pueden llegar. Nuestra preferencia son los transportes públicos, especialmente el subte", contestó al instante este último.
El suicida infiltrado en la célula había llegado en tren a Barcelona procedente de Francia el 16 de enero último. Allí se unió al resto de los miembros de la célula terrorista y obtuvo sus secretas e inquietantes confidencias.
"¿Llevaremos chalecos explosivos?", preguntó el confidente. "El artefacto lo cargamos en una mochila; una tercera persona lo detonará con un mando a distancia", respondió el 'yihadista'. "Sólo la cúpula sabe qué peticiones hará el emir tras el primer ataque, pero, si no se cumplen, habrá un segundo ataque, y un tercero más en España", afirmó uno de los jefes de la célula, según el relato que difundió ayer "El País".
El testigo protegido, cuyas manifestaciones provocaron el pasado fin de semana la desarticulación de una célula yihadista en Cataluña y el ingreso en prisión de diez de sus miembros, ha revelado que el grupo lo integraban seis suicidas, entre los que se encontraba él mismo, y preparaba una oleada de tres ataques en España, uno en Alemania y otros en Francia, Portugal y Reino Unido.
"Todos estos ataques serían reivindicados por Al Qaeda a través de Amir Baitulá Mehsud, emir de los talibanes en Waziristán oriental y occidental y dirigente tribal paquistaní vinculado a Osama ben Laden y a Ayman Al Zawahiri. El pasado fin de semana, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) advirtió del riesgo de atentados a esos países", acota el diario español.
Waziristán es una región montañosa del noroeste de Pakistán que limita con Afganistán y tiene una superficie de 11.585 kilómetros cuadrados. En pleno corazón tribal, nunca ha estado bajo completo control de la administración paquistaní. Los combates entre el Ejército de
ese país y los insurgentes talibanes son permanentes.
Baitulá Mehsud ha sido acusado por el gobierno de Pervez Musharraf de estar detrás del asesinato, el pasado mes de diciembre, de la dirigente opositora Benazir Bhutto. Ayer mismo, fuentes de los servicios de inteligencia que cita la agencia EFE en Pakistán aseguraron que el mulá Omar, viejo aliado talibán de Ben Laden, había destituido a Baitulá como jefe de los talibanes en ese país por desavenencias internas.
"Sólo la cúpula de la organización sabe qué peticiones hará el emir Baitulá después del primer ataque, pero, si no se cumplen, habrá un segundo ataque, y un tercero más en España. Y luego en Alemania, Francia, Portugal y Reino Unido. Allí hay mucha gente preparada", aseguró uno de los jefes de la célula al testigo protegido -identificado en el acta de declaración de la Guardia Civil como F-1- cuando se unió en Barcelona al grupo de yihadistas paquistaníes.
Según este testimonio, las parejas de suicidas no actuarían juntas sino por separado y en distintas estaciones de metro.
Según su relato, Maroof Ahmed Mirza, presunto dirigente del grupo, de 39 años, elegiría los objetivos. "¿Llevaremos chalecos explosivos?, preguntó el suicida a sus compañeros. Y uno de los jefes respondió: "El artefacto lo llevaremos en una mochila o una bolsa y una tercera persona los detonará con un mando a distancia". Su compañero de suicidio sería Imran Cheema, también detenido, y ellos actuarían en Barcelona.