DAVOS, Suiza (AFP).- Los más poderosos y ricos del mundo culminaron este sábado su cita anual de Davos en medio de sombrías perspectivas para este año, en momentos en que una recesión acecha a Estados Unidos.
El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, pidió a la primera economía mundial que adopte una "respuesta seria" para enfrentar la fuerte caída del crecimiento anticipada este año, sugiriendo que las medidas adoptadas hasta ahora por el gobierno de George W. Bush no son suficientes.
El pesimismo de este año en Davos contrasta con el clima de los años anteriores, cuando el fuerte crecimiento, la baja inflación y las grandes ganancias de las empresas dominaban la escena.
Pero esta vez, el temor a una recesión en Estados Unidos y su impacto en la economía mundial, una enorme volatilidad en los mercados financieros y la contracción del crédito han hecho mella en la confianza de la élite económica y política mundial. "Cualquiera sea la respuesta a una recesión, lo que está claro es que habrá una seria desaceleración (en Estados Unidos) que requiere una respuesta seria", dijo Strauss Kahn.
Bush anunció hace una semana un plan de reactivación económica por 145.000 millones de dólares y el martes la Reserva Federal estadounidense anunció un espectacular recorte de 0,75% en sus tasas de interés, que quedaron en 3,50%.
Strauss Kahn afirmó que además de estimular el crecimiento a través de la política monetaria, algunos países
tienen margen de maniobra para flexibilizar su política fiscal, aunque tengan déficit, y les llamó a actuar.
La sugerencia del jefe del FMI "indica la gravedad de la situación que enfrentamos", subrayó el ex secretario del Tesoro estadounidense Larry Summers, que participó en el mismo debate que Strauss Kahn.
"Por primera vez en un cuarto de siglo, el director gerente del FMI ha pedido un aumento de los déficits presupuestarios" cuando tradicionalmente reclama su reducción, dijo Summers. "Lo felicito por ello y lo considero como un indicador de la gravedad de la situación que enfrentamos", añadió.
Strauss Kahn también indicó que la desaceleración económica provocaría en las próximas semanas o meses una caída de la inflación que permitiría a algunos bancos centrales disminuir el costo del crédito para estimular la economía. Pero el Banco Central Europeo (BCE) resiste las presiones de varios países como Francia para bajar sus tasas a fin de combatir la desaceleración económica porque sigue preocupado por el alza de la inflación.
En este pueblo de las montañas suizas que acogió durante cinco días a casi 30 jefes de Estado y más de 110 ministros, así como a cientos de directivos de las empresas más importantes del mundo, la ministra francesa de Economía aprovechó para reclamar por enésima vez al BCE que recorte sus tasas.
"Consideremos la política monetaria observando el crecimiento y no sólo la estabilidad de los precios", declaró Christine Lagarde. No obstante, el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, insistió durante la reunión que la lucha contra la inflación debe seguir siendo la meta prioritaria de la institución.
Strauss Kahn reclamó asimismo una solución global a los actuales problemas económicos, originados en el mercado inmobiliario estadounidense y que se han contagiado al sistema financiero mundial.
"Todo esto muestra que necesitamos más regulación multilateral", sostuvo.