Un año después de sufrir una de las peores palizas en una final de torneos del Grand Slam, Maria Sharapova se coronó por primera vez en el Abierto de Australia de manera impecable y conquistó su tercer título en los mayores, al imponerse a la serbia Ana Ivanovic, por 7-5 y 6-3.
La rusa no perdió un solo set en siete partidos en el Melbourne Park, y echó del certamen a tres de las primeras cuatro tenistas del escalafón mundial.
Borró así los malos recuerdos. Sharapova (quinta preclasificada del torneo) regresó a la final de uno de los cuatro torneos principales de la temporada, después de caer ante la estadounidense Serena Williams en este mismo certamen, el año pasado (6-1y 6-2).
Volvió dispuesta a reivindicarse, y lo logró frente a una rival que tiene su misma edad, 20 años. Tras recibir el trofeo Daphne Akhurst, Sharapova dijo a los espectadores que, más temprano, recibió en su teléfono celular un mensaje de la legendaria Billie Jean King, quien le expresó: "Las campeonas corren riesgos y la presión es un privilegio". "Yo corrí riesgos", dijo, y agradeció a King por las palabras de aliento.
Después, le deseó a su madre Yelena un feliz cumpleaños y reveló qué hará con parte de la bolsa de 1,2 millones de dólares. "Voy a enviarte un montón de rosas", dijo a su madre.
Sharapova se mostró agresiva desde el comienzo del duelo y, salvo por un mal game al servicio en el primer set, que permitió a Ivanovic igualar en cuatro juegos, la estrella rusa controló los puntos importantes.
Ivanovic tiene ahora una foja de 0-2 en finales del GS -cayó ante Henin el año pasado en Roland Garros-.
La joven serbia se salvó de dos match points, pero dejó muy abierto un tiro de derecha, para darle el título a Sharapova, quien también tiene en su currículum los trofeos de Wimbledon en el 2004 y del Abierto de los Estados Unidos en el 2006.