Hay cosas que a uno lo marcan. A Horacio Olano fue el agobio. Es que si este chico de 28 años no hubiera abandonado Cipolletti para irse a estudiar Administración de empresas a Buenos Aires quizás ahora no estaría colgado con sus cuerdas y arneses de los edificios de Madrid. Porque lo cierto es que necesitó del "agobio" de la ciudad de Buenos Aires para buscar refugio y tranquilidad en la danza aérea que ahora es su primera carta de presentación. Nada, antes de ese 1998, hacía presagiar que Horacio iba a convertirse en un experto en el tema, capaz incluso de abrir la primera escuela dedicada a la enseñanza de esta destreza en España. No había estudiado danza y ni siquiera trepaba montañas con arneses. Pero ahora, forma parte de él. "Mi sueño es poder volar...Y tener la sensación de poder moverte y expresarte en el aire y ver a toda la gente desde lo alto, a mi me genera mucha adrenalina, pasión. La danza aérea te da mucho más libertad. El peso de tu cuerpo no existe en el aire. Cuando estás en el aire, con solo impulsarte desde la fachada, podes volar metros y metros. Es otra sensación de gravedad", describe él, con un acento español que ha borrado todas las marcas originales. Las cosas ocurrieron rápido. Horacio se fue a Buenos Aires a estudiar Administración de empresas en la UBA, y terminó. Pero a la par, para escaparse del vértigo de la ciudad, y fascinado con el furor que había despertado por aquel entonces La Guarda, tomó clases en la escuela de danzas aéreas de Brenda Angiel. Así que, en octubre de 2006, cuando decidió hacer un master de administración de empresas en Madrid, lo primero que puso en su valija fueron el arnés, las cuerdas y las gomas. "Quería perfeccionarme. Pero no existía nada parecido. Entonces, fui a una escuela de circo y mostré lo que hacía. Y luego busqué una pared de Madrid que me sirviera para dar clases. Colgaba mis cuerdas de una farola, y ahí enseñaba", cuenta ahora, mientras se toma apenas unos días de descanso en su Cipolletti natal. Luego se presentó en un casting que había en la Compañía de hecho, de madrid y lo tomaron. No sólo eso. Además, el director de la compañía, Pedro Aunión, junto a Olano, que ahora es su socio decidieron abrir una escuela con esta especialidad que el chico había importado desde Buenos Aires. "No fue fácil encontrar un sitio donde dar clases porque necesitábamos algo con mucha altura. pero cuando lo hallamos, nos lanzamos. Y funcionó muy bien. Allá no existían las escuelas de danza aérea, así que era un mercado nuevo para todos. Ahora hacemos, cada mes, seminarios intensivos de tres días de clases", cuenta Olano. La escuela de capacitación, funciona a la vez como semillero para los shows de la compañía que se fundó en marzo de 2007. Pocos meses después, en septiembre de 2007, pudieron lucir eso de estar colgados sobre el aire. la cita fue nada menos que en La noche en Blanco, una propuesta cultural que se hace en Madrid, París, Riga, Roma y Bruselas,y que tiene como objetivo mostrar las expresiones culturales más novedosas, de noche y gratis. "Lo hicimos sobre la fachada del Parlamento Europeo", cuenta Olano. el edificio, de 50 metros de alto, fue el escenario donde siete bailarines de la troupe de Compañía de hecho, mostró "Collage", suspendidos en el aire, mientras dos cantantes de ópera que interpretaban el Himno de la Alegría, de Beethoven. "Fue una movida gorda. Y el parlamento quedó encantado así que tenemos propuestas para trabajar en los 50 años del parlamento, y otra para hacer un espectáculo en 2008 en un puente de Zaragoza, durante la Expo Zaragoza". - ¿Y qué pasó con la administración de empresas? - ¿Qué pasó? Es un herramienta que tengo bajo el brazo y no me lo quita nadie. Yo me fui a estudiar pero también me fui a probar qué pasaba con mi parte artística. Son etapas. Hoy por hoy, lo que más disfruto y lo que más amo es hacer lo que estoy haciendo. En un futuro, quién dice, quizás pueda emprender un negocio y ese máster me va a servir. Yo soy alguien que quiere formarse para lo que venga en el futuro. Ahora es la danza contemporánea y aérea y luego quizás sean otros proyectos. -¿Cómo cuáles? - Tengo muchas ganas de poder traer esto a Neuquén y abrir una escuela de danza aérea a Neuquén. -¿Tenés ganas de volver? -Después de poder disfrutar al máximo lo que hago allá, sí, me volvería. Después de saber que pude hacer lo que buscaba. Después de eso quiero tener mi escuela y quiero caminar los edificios emblemáticos de la Argentina que también son muchos. El cipoleño Horacio Olano se fue primero a estudiar Administración de Empresas a Buenos Aires. Pero el ritmo de la ciudad lo agobió tanto, que buscó un escape: la danza aérea, una disciplina que él importó a Madrid, donde no sólo tiene una escuela sino que hace shows. 

VERÓNICA BONACCHI

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