Martes 22 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 34 > Sociedad
Las Grutas: la lluvia anegó calles y cañadones
Un día complicado, ayer en la villa. El agua se coló en algunas viviendas y en ciertas zonas se formaron lagunas en plena calle, de un líquido maloliente que terminaba

LAS GRUTAS (ASA).- Innumerables inconvenientes provocó la lluvia que durante unos pocos minutos cayó en esta villa, aunque con una intensidad inusitada. Ayer por la mañana, densos nubarrones provenientes del sudoeste cubrieron el cielo sobre el balneario. En unos treinta minutos, la lluvia anegó calles, desbordó cañadones y hasta ingresó a locales comerciales y viviendas, tanto por aberturas como por techos deficientes.

La zona más complicada fue la que se ubica en la parte más baja de la avenida Currú Leuvú, entre esa arteria y la costanera, en cercanías del complejo Marina Cero. En casas de esa parte del balneario, varios fueron los turistas y residentes que se vieron imposibilitados de salir a la vereda, que se colmó de agua a raíz de los tradicionales inconvenientes de escurrimiento que ocurren en ese lugar. Algunos, más complicados, llamaron a bomberos, temerosos porque el agua amenazaba con ingresar a las casas, lo que efectivamente ocurrió en un par de sitios.

El ingreso al centro de la villa por la avenida Río Negro era al mediodía de ayer extremadamente complejo y por poco no ocurrieron graves accidentes. Largas filas de vehículos se formaron junto al primer cañadón que desemboca en la Bajada Cero y que a la altura de la avenida fue tapado hace ya algunos años y que ayer debió reabrirse para que corriera el agua y desagotara la calle principal.La imagen de un Ford Taunus que se encontraba parado a un costado del cañadón, con agua hasta sus vidrios, era una clara muestra de la gravedad de lo sucedido. Mientras, otros automovilistas decidían si pasar o no a través de la laguna que se había creado allí, dudando de su profundidad.

La acumulación de agua formada por los desagües pluviales naturales que corren desde la parte alta de la meseta -en dirección al Cerro Banderita, cerca del cual se encuentran las piletas cloacales- presentaba una sospechosa espuma en su superficie, probablemente originada en líquido de uso doméstico que pudo haber sido arrastrado por el agua.

Ese cañadón continúa en dirección al mar, cruzando la calle Bariloche y junto al complejo Pewan's. Allí, como de una cascada artificial, fluían litros y litros de un líquido maloliente y barroso que se di

rigía luego por su surco natural hacia el mar.

Los turistas circulaban por calles y rutas como atrapados en una gran confusión, sin saber cómo aprovechar las horas para disfrutar de las vacaciones y además preocupados por una situación poco frecuente. Muchos optaron por salir a la ruta y buscar otros atractivos, conociendo paisajes de playas alejadas o recorriendo la costanera de San Antonio. Pero fue impresionante la cantidad que decidió circular por el centro congestionando el tránsito bajo una tenue llovizna.

Las comunicaciones y los servicios básicos no quedaron ajenos a los problemas, ya que desde la noche del domingo se produjeron cortes de luz, interrupciones en el servicio de telefonía y problemas con internet.

Ya entrada la tarde, mientras parecía que el panorama se iba normalizando, el sol empezó a brillar fuerte y el calor húmedo comenzó a hacerse sentir.

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