Martes 22 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 22 y 23 > Internacionales
Otra reducción de tasas

Todas las miradas están puestas en la apertura de hoy de Wall Street. Para muchos analistas, otro martes negro es inminente.

La baja de la tasa de interés es un hecho. Es la herramienta con la que cuenta el gobierno de Bush para que esta caída esperada en los papeles no se propague como epidemia por el mercado generando así un pánico letal para la economía norteamericana.

De acuerdo al mercado de futuros de la Bolsa de Chicago, la probabilidad de que la reducción de tasas sea de 50 puntos básicos creció del 80% al 94%. Si esto se confirmara, la tasa de interés de referencia de Estados Unidos pasaría a ubicarse en el 3,75%, por debajo de las tasas de Europa (4,0%) e Inglaterra (5,5%). Estaríamos en puertas de una nueva depreciación marginal del dólar americano respecto a las divisas europeas.

La Reserva Federal utiliza la tasa de interés como herramienta de control para alcanzar dos objetivos de política monetaria: mantener la inflación bajo control y lograr el pleno empleo.

Pero en la mayoría de las oportunidades una suba de tasas, requerida para controlar la inflación, va contra el nivel de actividad y, viceversa.

Y es este dilema, entre inflación y crecimiento, el que debe enfrentar Bernanke el próximo 30 de enero cuando defina cuanto bajará la tasa de interés.

El nivel de actividad económica de EE.UU. viene enfriándose desde hace un tiempo, pero las presiones inflacionarias están próximas al límite máximo fijado por la autoridad monetaria.

En este contexto, una reducción de tasas, destinada a estimular el crecimiento, podría complicar el frente inflacionario estadounidense.

Ya nadie pone en dudas que la economía americana experimenta una desaceleración económica. La disyuntiva es si ese descenso es sólo un ajuste suave y controlado en el tiempo (soft landing) o, por el contrario, puede transformarse en una recesión económica.

La diferencia a esta altura entre ajuste suave y recesión es muy importante. Una recesión en EE.UU. reduciría el volumen del comercio internacional, los precios de los commodities y el nivel de actividad económica mundial.

Un dato a tener en cuenta por la autoridades económicas argentinas.

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