Martes 22 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 21 > Internacionales
Lunes de pánico en las bolsas del mundo
Varias plazas tuvieron bajas records, con picos superiores al 10%. Crece el convencimiento de que EE. UU. va rumbo a una recesión. El plan de Bush no convenció a los inversores, desde Asia a América.

LONDRES (AP/DPA).- Una oleada de pánico ante el peligro de recesión en Estados Unidos se propagó ayer por las bolsas alrededor del globo, con caídas de valores que llegaron a superar el diez por ciento.

Las pérdidas afectaron los valores asiáticos, europeos y especialmente a Latinoamérica, pero no a los norteamericanos debido a un feriado en Estados Unidos (ver pág. 24).

Con esta ola desenfrenada de ventas, los inversores expresaron su decepción ante el plan del presidente estadounidense George W. Bush para evitar la parálisis de la primera economía del mundo y el convencimiento de que afectará al reto del globo.

Bush había anunciado el viernes un paquete de ayudas a la economía por 140.000 millones de dólares (97.000 millones de euros), mediante recortes temporarios de impuestos y otras medidas. De este modo, el gobierno estadounidense reaccionó a meses de inestabilidad, que comenzaron en abril del año pasado cuando comenzó a notarse que numerosos deudores hipotecarios "sub-prime", hasta ese entonces estrellas de los mercados, comenzaron a demorar cada más sus pagos (ver Claves, pág. 22).

Esto desató una ola de desconfianza sobre el futuro económico, que luego se acentuó con otros indicadores como la baja de la confianza de los consumidores, un menor ritmo de crecimiento del empleo y menores utilidades en varias empresas, especialmente del sector financiero.

En los mercados se considera que el paquete de Bush "llegó tarde y no es lo suficientemente fuerte como para tener un impacto", opinó Najeeb Jarhom, de Fraser Securities en Singapur, una de las plazas más golpeadas. "Parece que Estados Unidos se encamina hacia una recesión o quizás ya esté en recesión, observando los datos" económicos, añadió.

En este clima pesimista, los mercados bursátiles del mundo entero sufrieron fuertes pérdidas.

En Europa, el FTSE-100 británico cerró en baja del 5,5%, el CAC-40 francés retrocedió 6,8% y el DAX-30 alemán de las principales acciones se derrumbó en 7,2%. El Ibex de la plaza madrileña sufrió la peor caída de su historia, más de un 6%.

En Latinoamérica, las acciones brasileñas cayeron 6,6% en la bolsa de Sao Paulo. En la Argentina, el índice referente Merval cayó 6,3%, por debajo de su nivel de agosto del 2006, en tanto el índice general de la Bolsa de Lima tuvo un retroceso de

8,3%.

La corrida había comenzado más temprano en Asia, donde el índice principal de la bolsa de la India, el Sensex, llegó a desplomarse hasta

10,9% en las operaciones vespertinas, mientras el parámetro clave de Hong Kong, el Hang Seng, cayó 5,5% en su peor derrumbe porcentual desde los ataques terroristas

del 11 de setiembre de 2001. El índice Hang Seng perdió 5,5% hasta los 23.818,86 puntos.

El índice clave de Japón, el Nikkei 225, perdió 3,9% y cerró en los 13.325,94 enteros, el nivel más bajo en al menos dos años.

El parámetro Compuesto de Shanghai bajó 5,1% a los 4.914,44 puntos, en el descenso más pronunciado desde el 5 de julio. Los mercados de Corea del Sur, Australia, Singapur, Taiwán y las Filipinas tuvieron también pérdidas sustanciales.

Las acciones se vinieron abajo ante el escepticismo de los inversionistas asiáticos sobre el plan de estímulo económico. La economía estadounidense es una gran plaza para las exportaciones de compañías asiáticas, y los problemas que ha tenido en los últimos meses han causado retrocesos en los mercados de Asia en este año incipiente.

"Es otro día horrible", resumió Francis Lun, gerente general de Fulbright Securities en Hong Kong. "Hoy se debe a la decepción de que el (paquete de) estímulo estadounidense es demasiado pequeño, demasiado tardío y los inversionistas perciben que no apoyará la recuperación económica".

En este clima, el precio del petróleo cayó debajo de los 90 dólares. El petróleo estadounidense del tipo WTI para entrega en marzo cerró a 87,95 dólares el barril (159 litros), por primera vez debajo de los 88 dólares desde mediados de diciembre. Los operadores en el mercado explicaron que una ralentización del crecimiento de la economía mundial, reduce las expectativas de la demanda del petróleo.

El oro, que venía siendo uno de los activos más requeridos no logró mantenerse al margen del derrumbe y se negoció a 868 dólares la onza, muy lejos del máximo histórico de los 904 que marcó siete días atrás.

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