La historia de mural de Siqueiros, "Ejercicio plástico", sería inverosímil si no estuviera tan ligada a una serie de lamentables comportamientos argentinos.
La pintura fue creada en 1933, en la casona de descanso del fundador de "Crítica", Natalio Botana, en las afueras de Buenos Aires. En ese entonces, un joven Siqueiros pintó lo que hoy muchos consideran la capilla sixtina del arte moderno, con la colaboración de los artistas argentinos Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Lino Spilimbergo y Enrique Lázaro.
Pero no todos lo entendieron así. En 1948, cuando la casa de Botana fue vendida, la suerte de la pintura quedó atada a sus nuevos dueños. Y ellos, cuando entraron al sótano y vieron la creación del mexicano, uno de los muralistas más importantes de América Latina, opinaron que ese mural de 6,71 metros de largo por 3,5 metros de ancho, que abarcaba techo, paredes y piso, era "obsceno". Así, simplemente. Y contra la obscenidad decidieron utilizar ácido.
Pero el precavido Siqueiros lo había hecho resistente. Entonces encalaron las paredes y cerraron el sótano con llave. Así estuvo hasta 1993, cuando el mural fue arrancado, cortado en varias partes, montado en bastidores metálicos y de madera y "almacenado" en cinco contenedores y a la intemperie, en un playón de San Justo.
Su historia volvió a cambiar en 1999, cuando el gobierno dictó una declaración de nulidad sobre el derecho de propiedad del mural, que en ese momento reclamaba México. Junto con eso, la directora Lorena Muñoz leyó en el diario "Clarín" la increíble historia del mural e hizo el documental "Los próximos pasados". En México, Silvia Noemí María, hizo otro tanto con el documental "Siqueiros, ejercicio plástico", en el que denuncia la historia negra en torno a la obra.
En los dos, quedaba claro la importancia de recuperar esa obra en la que Siqueiros, mediante trucos visuales, imaginó muros transparentes, para que el espectador sintiera que estaba sumergido en el agua, rodeado de nereidas. Y quizás ahora, en el Museo Taylor, logren recuperar esa obra de arte y, salvar el terrible error histórico y cultural.