BUENOS AIRES (ABA).- Una auditoría interna de la Cancillería, fechada el 24 de octubre de 2007, detectó serias irregularidades en los permisos otorgados para el ingreso, circulación y nacionalización de autos importados, supuestamente destinados a uso diplomático.
En la maniobra se detectaron alrededor de mil autos ingresados y vendidos en forma irregular.
Los organismos del estado bajo sospecha son la Dirección de Ceremonial de la Cancillería (a través de sus departamentos dependientes de Privilegios, Inmunidades, Acreditaciones y Guía Diplomática y el de Franquicias, Patentes e IVA); la Aduana y el Registro Nacional de Propiedad Automotor.
Como primer paso, fue removido el titular del Departamento de Franquicias e IVA, Jorge Matas, funcionario con rango diplomático.
El canciller Jorge Taiana -se informó en un comunicado- intervino la sección que estaba a cargo de Matas e inició un sumario administrativo.
Además, ayer la Cancillería elevó la denuncia penal, que recayó en el juzgado de Norberto Oyarbide, por supuestos delitos de evasión y contrabando. La decisión de recurrir ayer a la justicia es por lo menos llamativa, ya que el canciller conocía desde hace tres meses las irregularidades y no las había denunciado (ver aparte).
Entre los autos ingresados y posteriormente nacionalizados para su venta figuran deportivos, descapotables y todo terreno, que difícilmente se los pueda vincular a actividades oficiales de una embajada. Al mismo tiempo, los receptores de estos autos importados, otorgados en forma irregular, fueron varias representaciones diplomáticas extranjeras en nuestro país como: Venezuela, Bolivia, Uruguay, Rusia y Cuba, entre otras.
El informe de la mencio
nada auditoria interna fue elevado a la Sigen (Sindicatura General de la Nación) y a la fiscalía Administrativa.
El escándalo genera una hipersensibilidad en el mundo diplomático, donde se cree que esta práctica de hacer la vista gorda sobre ciertos controles de los autos que importan en el país con destino de uso para embajadas, sería de larga data y hasta ahora nadie había focalizado.
Cabe destacar que estas embajadas, como otras, tienen derecho a adquirir autos importados, sobre ciertas normas de cumplimiento estricto, amparada en
jurisprudencia internacional (como el Convenio de Viena) y disposiciones internas que le permiten hacerse de esos vehículos a precio mucho más barato que en el mercado interno, ya que con la franquicia diplomática están libres de impuestos.
El quid del asunto reside en que pasa, con esos fastuosos autos cuando ingresan de forma indiscriminada y se nacionalizan para su venta sin esperar el fin del mandato del diplomático extranjero o el tiempo y las formas que marcan las disposiciones.
Cada embajador puede contar con franquicias para dos autos y el resto del cuerpo diplomático acreditado en el país, con uno. Para cambiar el auto, la normativa le permite al embajador hacerlo una vez que haya cumplido un año de trabajo continuo en el país y el auto tenga nueve meses de antigüedad. El resto puede hacerlo cada cuatro años.
La normativa internacional e interna vigente señala a grandes rasgos que se deben realizar expedientes debidamente archivados en la Cancillería de autos solicitados e ingresados y luego girarlos a la Aduana para su revisión.
En los más de 1.000 casos irregulares detectados desde el 2004 al 2007, se extraviaron registros de franquicias o se remitió información parcial. Junto a la solicitud de franquicias, se debe presentar facturas que respalden la importación de los autos así como los datos del auto y los adquirentes. También, en numerosos casos, la documentación no apareció.
Mediante el artículo 14 del decreto 25/70 se estipula que el criterio de selección de los autos debe guardar relación directa con el fin de utilización de los bienes, estableciendo cupos según valores y cilindradas.
En el informe se detectaron autos deportivos de alrededor de 250.000 dólares, que no guardan coherencia con el supuesto uso de una embajada.
Por ejemplo, no se adecuan en ese uso las coupes, dos puertas, deportivos, los todos terrenos grandes dimensiones y descapotables entre otros. Se detectaron en la muestra 24 Hummer y 17
autos deportivos, entre ellos once Porsche, dos Jaguar y un Lamborghini.
Un caso muy particular lo compone las camionetas Hummer. Sólo habrían entrado al país un total de 40 por vía diplomática y ninguna de ellas tiene la licencia de confección de modelo, porque a su fabricante General Motors no la solicitó al Registro nacional de autos, algo imprescindible para su comercialización interna.
En decenas de casos se reveló que no se cumplieron con los plazos mínimos de espera para nacionalizar un auto con franquicia diplomática, y a otros nacionalizados se los liberó de impuestos cuando no correspondía o se hicieron descuentos impositivos improcedentes.
También hay autos a los que se nacionalizó sin haber sido patentados dentro de los 30 días de introducción en plaza.
HORACIO CARIDE
