CUTRAL CO-PLAZA HUINCUL (ACC).- Una nueva rotura en el último ducto que trae el líquido desde el río Neuquén hasta la comarca petrolera volvió a dejar sin el servicio a los pobladores durante varias horas. Las tareas de la cuadrilla de operarios del EPAS demandaron ocho horas y se esperaba que a última hora de la tarde empezara a llegar el agua a todas las canillas.

No es la primera vez que este caño que se lo denomina "nuevo" porque fue instalado paralelamente al primer acueducto, registra una fisura. En esta ocasión ocurrió a unos dos kilómetros del empalme que existe por el tramo que fue cambiado. Es en el sector más cercano a la meseta Buena Esperanza.

El desperfecto se observó durante la madrugada y una vez que se constató el lugar exacto se iniciaron las tareas de reparación. La situación más complicada que debieron resolver los trabajadores fue la ubicación de la "pluma" para retirar el tramo de caño roto, teniendo en cuenta que se encontraba bajo la línea de alta tensión.

Una vez sorteado ese punto se siguieron con las habituales maniobras de reparación. La cuadrilla demoró ocho horas en solucionar la fisura. Una vez que se concluyó el trabajo, pasadas las 17, se dispuso todo para reiniciar el bombeo del agua tratada desde la meseta "Buena Esperanza" hasta la cisterna o "copa" que el EPAS tiene en Cutral Co.

Todo hacía prever que a partir de las 19 estaría recuperado el nivel de reserva y el agua iba a poder ser bombeada hasta a la red domiciliaria. A partir de ello empezaría a llegar a las canillas.

Pero como es habitual, los sectores de la localidad donde tarda en llegar el líquido son las barriadas donde está el terreno más elevado: esto es Nehuen Che, los complejos habitacionales ex 450 Viviendas, ex 500 Viviendas, por la falta de presión.

Se esperaba que para las primeras horas de la noche empezara a correr por las cañerías.

El denominado "nuevo" acueducto fue el que inauguró en el '94 el ex gobernador Jorge Sobisch y quien junto al por entonces intendente Adolfo Grittini, se bañaron bajo el chorro de agua que surgía desde la "copa" del EPAS.

Desde entonces, y debido a los "vicios ocultos" en el material utilizado para su construcción, este caño se ha roto centenares de veces, dejando a los vecinos sin el agua en sus hogares. El problema se acrecienta en las épocas de intenso calor, cuando el consumo y la demanda se multiplica a lo que sucede en el invierno.

La última crisis hídrica que padecieron los dos ciudades se produjeron hace tres veranos atrás, cuando durante varios días no se suministró el servicio y se debieron repartir miles de litros de agua envasada.