Jueves 17 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Detuvieron a dos jovencitas "pescadoras" de ropa en Cipolletti

CIPOLLETTI (AC).- Aparentemente querían renovar el vestuario, no contaban con dinero pero tenían mucha audacia y no les dio temor cruzar la frontera hacia el delito.

Dos adolescentes, utilizando una especie de palo largo como una "caña de pescar", se alzaron con prendas de vestir, calzados y otros elementos de una conocida boutique del centro cipoleño.

Empero, en vano se adentraron en semejante aventura, porque fueron detenidas por una patrulla de la comisaría Cuarta casi "in fraganti", con el botín en su poder, y luego entregadas a sus padres por orden de la jueza. Dicen que las recriminaciones de los padres a las chicas -de entre 16 y 17 años- se escucharon hasta varios metros más allá de la unidad policial de calle Roca.

El hecho -que tiene como antecedente lo ocurrido en una joyería hace unos dos años, y también en una pilchería de damas- se desencadenó poco después de las 2 de ayer en la boutique "Chiara" ubicada en San Martín, entre España y Villegas, a pocos metros de la comisaría y de la plaza San Martín.

Dos muchachas menores de edad se encontraron conque la puerta de ingreso a la boutique estaba abierta, pero había una persiana -de las típicas industriales, de hierro, que permiten ver la mercadería desde el exterior- que les impedía el acceso.

No se amilanaron. En un container de una obra en construcción aledaña a la boutique hallaron un palo que "reconvirtieron" en una especie de elemento de "pesca ropa", y manipulándolo desde el exterior, pegadas a la cortina, para despertar las menores sospechas posibles, fueron enganchando todo lo que pudieron y cuando se sintieron satisfechas comenzaron a caminar, por calle San Martín hacia Mengelle como si nada hubiera pasado, pero ligerito.

Una patrulla de prevención notó algo extraño, vio la puerta abierta de la boutique, las chicas que caminaban cada vez más rápido y procedió a retenerlas, encontrando la ropa robada. Casi, "in fraganti" cayeron las precoces ladronas.

Se supo que vestían bien, se manejaban muy correctamente con explicaciones, pero sin mucho argumento -habrían dicho que se trataba de una especie de broma o de juego- y que son de clase media, aunque se resguardaron detalles obviamente por tratarse de menores.

Luego de los trámites de rigor, la jueza de turno Alejandra Berenguer ordenó la entrega de las chicas a sus progenitores.

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