TOKIO (DPA) - Su sentido del humor es cáustico. Sus películas, a veces brutales. Lo cómico y lo serio son para él como un péndulo de la vida. "Mi psicología necesita siempre de ambos extremos. Si no, me falta la energía", dijo Takeshi Kitano en alguna ocasión.

El director, actor, poeta, pintor, escritor y presentador de radio y televisión es una de las personalidades más atractivas de Japón. El multifacético artista, que este 18 de enero cumple 60 años, es inclasificable.

"La personalidad fraccionada más productiva del mundo", comentó en una ocasión el "New York Times".

En Occidente, Kitano es conocido sobre todo como director y actor. Sus películas de gangsters de pocas palabras y mucha sangre como "Violent Cop" o "Sonatine" ya son de culto.

En Japón, en cambio, se lo conoce más bien como presentador y cómico de televisión, a pesar de que desde 1989 rodó ya 13 películas.

El primer momento destacado de su carrera cinematográfica fue "Hana-Bi", por la que en 1997 ganó el León de Oro en Venecia. También su película de samurai "Zatoichi" fue celebrada en Venecia en 2003.

Kitano creció como el menor de cuatro hermanos en un barrio de trabajadores de Tokio. Su padre bebía y trabajaba de pintor de paredes. Se dice que era miembro de la "yakuza", la mafia japonesa. Su madre se ocupó de que Takeshi lograra llegar hasta la universidad. Pero tras su participación en unas protestas de estudiantes, interrumpió sus estudios de ingeniería y comenzó su carrera como cómico en los años 70 tras numerosos trabajos ocasionales. Junto con Kiyoshi Kaneko fundó el dúo cómico "The Two Beats", conocido por sus actuaciones vertiginosas e irreve

rentes. De ahí proviene su nombre artístico "Beat Takeshi".

El hiperactivo multitalento se convirtió en uno de los humoristas más populares de la televisión japonesa y en una superestrella con presencia casi diaria en la pantalla chica. Él mismo se describió una vez a sí mismo como "esponja que lo absorbe todo".

Todavía hoy, Kitano participa activamente en el negocio televisivo, aunque ya no como humorista, sino como presentador de programas más serios sobre sociedad y ciencia.

Desde su éxito como director de cine, también en Japón se lo considera más un "Bunka Jin", un hombre de la cultura. Kitano debutó en la dirección en 1989 con "Violent Cop", a la que siguieron varias películas sobre la "yakuza". Siempre habla de la fractura que atraviesa la sociedad japonesa, del honor, la amistad, la venganza, la traición y la pérdida de valores.

Para Kitano, la "yakuza" es un microcosmos en la sociedad japonesa. En sus planos largos y estáticos, la violencia explota desde el silencio, cruda y sutil. Pero no la quiere presentar como entretenimiento, como en las películas de acción, sino simplemente como lo que es, violencia desnuda.

Tras un grave accidente de moto, Kitano estuvo a punto de morir en 1994. Desde entonces, la parte derecha de su rostro está parcialmente paralizada.

Desde 2005, Kitano, que hace poco fue elegido en Cannes como uno de los 35 mejores directores del mundo y en cuya última película "Kantoku - Banzai!" ("Glory to the Filmmaker!") se interpreta a sí mismo como director, también es docente en la universidad en Tokio. Además, publicó varios libros. En uno de sus libros más nuevos, "Ikiru" (Vivir), habla sobre sus posturas frente a la vida, la muerte y el arte.

A pesar de sus obras maestras alabadas internacionalmente, Kitano, que también gozaba del respeto del maestro del cine japonés Akira Kurosawa, sigue siendo un hombre modesto e incluso tímido, como comentó el diario japonés "Mainichi Shimbun" con motivo de su 60 cumpleaños. Para Kitano, que adora las películas silenciosas y que prefiere dejar al público la tarea de interpretar imágenes sin diálogos, en sus obras no hay mensaje: "Con mensaje, ya no sería arte", dijo al periódico. Después de todo, nadie le preguntaría a Picasso por qué pintó tal cuadro, agregó.