Por intermedio de esta carta quiero dar las gracias al Sr. Miguel Saiz por habernos auxiliado en la ruta camino a Viedma, kilómetro 187, quien nos prestó su ayuda como un ciudadano más, sin importar cargos jerárquicos.
¡Las cosas buenas hay que resaltarlas! Desde ya, muchas gracias.
Muchas veces me han contado que conseguir trabajo en este país es muy difícil; y cuando nos remitimos a una provincia se hace más difícil, ya que si no es por "acomodo" no se consigue un puesto donde uno quiere. Quizás sea una de las pocas personas que sigue creyendo que cuando uno se propone algo y lo hace con el corazón, las ganas, las fuerzas y, por supuesto, con toda la mejor onda y energía que tiene... lo consigue.
Debo decir que he tratado de obtener, por distintos medios, un puesto en la Secretaría de Cultura de la provincia del Neuquén desde hace bastante, pero -evidentemente- algún obstáculo me lo prohíbe. Así es que decidí recurrir a hacer pública mi devoción por mi ciudad, y por la cual siento que debo hacer algo productivo devolviéndole parte de todo lo que me dio, ofreció y enseñó.
La cultura de Neuquén es fabulosa. Recorrer sus calles, observar sus artistas, compartir un show de cualquier tipo (musical, plástico, teatral, literario, etc.) con personas desconocidas, es sentir dentro del alma un deseo irrefrenable de darlos a conocer al mundo entero. Demostrando al resto de las provincias, pueblos, ciudades y países que la Patagonia, el Sur, el Neuquén también existe y posee las ganas de progresar y lucirse en todo su espacio cultural.
Nunca he trabajado en la gobernación ni en las secretarías provinciales o de Estado; en pocas palabras, nunca he tenido un cargo jerárquico. Pero puedo asegurarles que poseo el amor, las ganas, la garra, la perseverancia, la energía y la ambición de que mi Neuquén sea reconocida a nivel nacional con la perfecta difusión y organización de la bellísima cultura que posee.
Esta no es una campaña electoral, no me estoy postulando a nada, no busco votos ni los "compraré"; solamente estoy pidiendo a las autoridades del gobierno de la provincia del Neuquén un puesto de trabajo en donde pueda ver realizados todos los sueños culturales que tengo para con mi Mapu y así un día poder pintar en los rostros de aquellos que decaen por no lograr sus metas: "Todo es posible, nada es imposible... sólo debés proponértelo y luchar por tu espacio y tus sueños"... porque para entonces... yo ya lo habré logrado. Quienes me conocen saben de mi devoción neuquina, de lo que disfruto su tierra, su viento, su verano, su otoño, su invierno, su primavera, sus aromas, sus calles, sus artesanías, su música, sus obras, sus pinturas, sus reflejos, su poesía, etc, etc, etc...
Gracias por dejarme expresar y espero que sepan valorar a las personas como yo que luchamos para y por nuestra felicidad y tranquilidad neuquina.
Ojalá reciba alguna buena noticia, así hago explotar todos los proyectos que tengo dentro de mi cabeza. ¡Ojalá!
Una vez, hace muchos años, miraba una película "Thelma and Louise" donde en un momento las dos mujeres protagonistas iban por una ruta en su auto y un camionero comienza a tocarles su bocina y hacer gestos obscenos. Ellas le piden que las siga, él creyendo que era su día de suerte va detrás de ellas muy confiado. Pero las chicas, sacan su arma y luego de decirle:"¿Qué cree usted que le da derecho a molestarnos en la ruta? ¿El hecho de que seamos mujeres? ¿Qué te da derecho?" le disparan al camión haciéndolo explotar.
En el fondo, todas las mujeres que alguna vez hemos viajado solas por las rutas argentinas, sentimos placer porque alguien -aún sabiendo que era ficción- había hecho justicia.
Pero no sólo se trata de las mujeres que viajamos por la ruta y tenemos que soportar que la mayoría de los hombres que nos cruzan sientan que tienen el derecho de hacer cambio de luces, tocar bocina o decir lo se les venga en gana, sólo porque somos mujeres solas al volante.
Más triste aún es salir a caminar o correr, en mi ciudad por ejemplo, hay que tener suerte para no encontrar a las camionetas en que los trabajadores del petróleo se van o vuelven de trabajar. Hay que decidir si salimos a correr con un MP3 escuchando música o tenemos que escuchar todo tipo de gritos y agachar la cabeza porque nos sentimos humilladas. A veces se toman el trabajo de aminorar la marcha, abrir la ventanilla y luego gritar. Tengo alumnas adolescentes que dicen que ya saben dónde hay obras en construcción, entonces hacen un circuito de caminata esquivando esos sitios, porque les ha tocado pasar y es muy incómodo tener que escuchar los "piropos" vociferados por los trabajadores.
Yo me pregunto, ¿qué se puede hacer? Como decía Louise en la película "¿Qué les da derecho a los hombres?". Qué falta de respeto, qué terrible tener que planear un recorrido de actividad física teniendo en cuenta los lugares donde no nos puedan gritar barbaridades. ¿No saben los hombres que las mujeres no necesitamos de ningún "piropo" para confirmar nuestra identidad ? ¿No piensan estos señores en sus esposas, sus hijas, sus madres? Siempre pienso que los que gritan las cosas más terribles, deben ser los primeros que salen a "matar" a alguien que le grite lo mismo a sus hijas.
Por último, las empresas extranjeras -que en sus países de origen despedirían a cualquier señor que hace lo que hacen sus empleados argentinos, porque hay leyes que protegen a las mujeres- podrían preocuparse un poquito entre tanto curso de seguridad, de manejo defensivo, de la mar en coche; en darles algún curso de respeto hacia las mujeres.
Yo sé que como siempre, una vez más, hay que decirlo, es una cuestión mucho más profunda y tiene que ver con la falta de educación que seguirá por los siglos de los siglos relegada al último lugar en este país.
"Ampliación de la Ruta 22, una ecuación de incongruencia técnica y económica"
Ya pasaron las elecciones. Ya escuchamos lo bien que han trabajado los políticos de turno para lograr mayor producción y turismo sobre la Ruta 22. Cómo puede ser que se hayan endilgado réditos y alabanzas sobre un tema tan delicado, que data de tanta antigüedad y que aún no empezó. Hace más de 40 años que Vialidad Nacional hizo recorrer con éxito la probable traza de una ruta nueva por la barda norte del Valle. En todo ese tiempo sólo se realizaron sucesivos encarpetamientos asfálticos y hasta en una oportunidad solamente un escarillado superficial porque no había dinero, mientras se malgastaba mucho más en la construcción del Casino de Las Grutas. La última versión es el "logro" del ensanche a cuatro vías sobre la existente, que comenzó con un ambicioso y triste proyecto allá por el año 2004, a un costo de 1 millón de pesos, con un espectacular anuncio de nuestro presidente de aportar 100 millones de pesos en junio del 2005, cifra que se estimaba alcanzaba para cubrir el tramo de 95,87 km entre Chichinales-Cipolletti, con sucesivas noticias del presidente de Viarse: que en noviembre del 2005 se convocaría a los interesados y luego del gobernador: que en setiembre del 2006 se licitaría la ampliación, pero solamente para 21 km entre Chichinales y Godoy, y con un costo ahora de 80 millones de pesos.
Realizada finalmente la licitación el 13 de enero del 2007, una Unión Transitoria de Empresas presupuesta la menor oferta en $ 116.277.084, para 20,5 km, en un plazo de obra de 2 años, con promesas de adjudicación en 2 meses. El tiempo pasó y parece que aún no está la plata. Hasta vino el entonces presidente hace unos meses y no dijo ni "mu".
Este tema es muy escabroso y delicado, pues se va a malgastar todo ese dinero y mucho más por imprevisión, ignorancia e intereses localistas, aparte de condenarnos por lo menos durante ocho años a soportar el martirio de las sucesivas ampliaciones, y el resultado será una ruta insegura ante el riesgo latente de colapsos de represas ubicadas aguas arriba, sin posibilidad de escape ni socorro, más la mayor contaminación ambiental por tránsito y luminarias en zonas muy productivas. Significa que para toda la ampliación, el despilfarro puede alcanzar los 543 millones de pesos y me permito precisar que una ruta nueva por la barda norte podría costar 172 millones de pesos. La diferencia de costos de 371 millones de pesos está dada por las complejidades constructivas de corrimientos y ampliaciones de infraestructuras existentes de servicios varios y obras de arte a realizar, más movimientos de suelos de acá para allá y viceversa, más los numerosos desvíos de tránsito durante varios y tediosos años, y sin contar la inflación que siempre nos persigue.
Los políticos gobernantes han invadido y sojuzgado las áreas técnicas, donde están los profesionales que piensan y saben dónde hacer una obra y cuánto cuesta. ¿Para dónde se va a producir el crecimiento poblacional del Valle si no es hacia el norte ? Entonces, qué mejor que construirle una ruta nueva y segura en tan sólo 2 años, en lugar de ampliar la actual en 8 azarosos años, la cual aún admitiría ampliaciones parciales por tramos laterales alternados y a costos razonables. Pero no, en lugar de apostar al futuro, con objetivos a largo plazo, prefieren hacerlo al pasado retrógrado, en función de sus propios intereses.
Nadie con autoridad de peso ha levantado la voz respecto a este tema. Tampoco demostraron que lo que hicieron está bien. Me gustaría alguna vez votar a un argentino que se anime a romper todo y empezar de nuevo, pero hoy no lo vislumbro, y sueño que solamente una nueva juventud política podría arrasar con tantos años de desencuentros y desaciertos. Para ello hay que comenzar por educarla, aspecto en el que también estamos en falta, pues no tienen ni siquiera ejemplos, pero habría que empezar por allí. ¡Hagámoslo alguna vez!
Deseo expresar mi más profundo agradecimiento por haber hecho posible que mi hija Gisel Marín "nazca de nuevo" después de muchos años de padecimiento, que interfirió en el normal desarrollo de su etapa adolescente.
Al CPEM 25 que movilizó instituciones a través de su personal y alumnos; al Ministerio de Salud por haber cumplido con su palabra dada en audiencia; al hospital Universitario Austral, porque tanto mi hija como yo sentimos que recuperamos nuestra condición de personas y ciudadanas mediante su atención humana y profesional, además de destacar su tecnología.
Asimismo, a los doctores Pablo Maletti, Walter Parizzi y José Luis Cormenzana también por su capacidad profesional, digna de mencionar en condiciones adversas.
