Luego del primer fracaso de la operación humanitaria para rescatar a dos de las rehenes de la guerrilla colombiana, Hugo Chávez está donde quería: en las primeras páginas mundiales.
Esta vez los cálculos salieron a la perfección y los rostros felices de Clara Rojas y Consuelo González resultaron un bálsamo para el liderazgo internacional de Chávez, que venía de una cadena de reveses que amenazaban su estrella, como la derrota de su reforma constitucional socialista y el fracaso de la operación Emmanuel, porque las FARC no tenían al niño en su poder
El gobernante bolivariano no se dio por vencido, exprimiendo sus contactos con las FARC para que hicieran el movimiento esperado. Y el drama terminó la tarde del jueves, cuando las dos mujeres bajaron del avión dispuesto por el gobierno, se abrazaron con sus familiares y le agradecieron su gestión , todo a través de las cámaras de "Telesur" que las difundieron al mundo.
Ahora, Chávez aprovecha la coyuntura para exigir a Uribe retomar las conversaciones para el canje humanitario, pero sobre nuevas bases, entre ellas el reconocimiento de las FARC como ejército "insurgente" y no organización terrorista. La exitosa liberación hizo que Chávez retomara su discurso favorable a un canje humanitario en Colombia y "más allá de eso" un acuerdo de paz.
El diplomático y experto en temas internacionales Julio César Pineda dijo que "todos" los involucrados pudieron sumar a su favor. "Gana Chávez mucho prestigio internacional, muchas primeras páginas de diarios del exterior. Gana Uribe porque mantiene la intención de buscar un acuerdo. Ganan las FARC porque presentaron un rostro más humano. Ganan las rehenes porque obtuvieron la libertad y gana el niño Emmanuel porque tiene a su madre", dijo.
Sin embargo, recalcó que ahora Betancourt se convierte en la "joya de la corona", que las FARC podrían utilizar para negociar. El diario "El Nacional", dijo ayer que "no se sabe qué esperan las FARC para liberarla. Quizá pretendan convertir a cada liberado en una acontecimiento publicitario. Comerciar con seres humanos es una de las grandes perversiones de nuestra época". (DPA)