Viernes 11 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 30 y 31 > Sociedad
Bien al surde las Piedras Coloradas, una invitación al descanso
Las preferidas de las familias que huyen del bullicio. Morella, El Buque y El Tanque, las más visitadas.

LAS GRUTAS (ASA)- Los cuerpos se reflejan sobre el espejo húmedo de la arena que las olas besaron hasta hace unos instantes. Los médanos dorados cubiertos de arbustos apenas dejan libres los estrechos caminos por los que suben y bajan las familias con reposeras, sombrillas y conservadoras, necesarias para pasar el día lejos de todo, en contacto con la naturaleza. Las playas situadas camino a El Sótano son espacios ideales para lograrlo.

Los chicos corren libres, sin riesgos por la fina arena que la brisa del noroeste vuela leve a pocos centímetros de altura. Como puntos perdidos a la distancia pueden verse grupos de personas solitarias recorriendo las restingas en busca de vida, descubriendo estrellas, cangrejos, pulpos, algas y peces que se muestran sin inhibiciones frente a los ojos curiosos de los visitantes.

El mar, mientras estuvo alto, ocultó toda esa magia natural, pero se transformó en una piscina inmensa, cálida y de olas suaves que rompieron después de las piedras, contra el declive sutil de estas playas inigualables.

En muchos puntos de esa sucesión de balnearios inexplotados que se extienden por cerca de 10 kilómetros desde Las Piedras Coloradas hacia el sur, se observan grandes viviendas a pocos metros del mar. Casas envueltas en un grave conflicto de dominio que algún día deberá resolverse en la Justicia. Desde esas impresionantes construcciones sus propietarios tienen vistas privilegiadas, pasan las horas observando el mar azul, la arena brillante, el cielo estrellado de estas noches de verano y la estepa patagónica agreste y sin fin.

Observando todo eso cualquiera entendería por qué tanto conflicto. Ese espacio es una joya sin pulir, un paraíso único casi sin explorar y quien lo conoció y tuvo la chance de instalarse a vivir allí no dudó en hacerlo, a pesar de vulnerar con ello algunas normas como la Ley de Área Natural Protegida, la Ley de Costas y la de Impacto Ambiental, más allá de las cuestiones de propiedad que analizan los jueces.

Por suerte, mientras ese tema se define entre el Municipio, que no ha hecho valer los derechos que dice tener y los privados que alegan ser los dueños, los turistas aún pueden disfrutar de las playas, que son sin dudas de las más hermosas de la toda la zona.

En uno de los sectores, identificado ahora como El Buque, a unos 10 kilómetros del Cañadón de la Paloma, la playa es amplia y de arena, y aprovechable durante todo el día, sin que la piedra provoque inconvenientes.

Es más, existe una afloración de rocas similar a la de Las Piedras Coloradas, pero sin ese tinte característico.

Así lo hizo la de Juan Carlos Kliszczewsky, de Lanús, quien días atrás descubrió ese paraíso y no dudó en quedarse a disfrutarlo. "Estábamos por irnos un día que hizo un poco de frío, pero conocimos esto y nos quedamos y ahora pensamos venir el año que viene nuevamente", dijo, mientras los chicos saltaban alrededor de busca de la foto para el recuerdo en ese lugar de ensueño.

Los Lingua, de Córdoba, habían recorrido el día anterior el camino señalado en la oficina de Informes Turísticos y descubrieron que era cierto todo lo dicho sobre el paisaje y la tranquilidad. "Hoy vinimos con todo, a la mañana estuvimos un rato en las Piedras Coloradas y después llegamos acá. Es increíble", afirma el hombre mientras su hija mayor muestra ante la cámara la estrella de mar recién encontrada entre las piedras.

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