NEUQUÉN (AN).- Trabajadores del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) señalaron ayer que la crisis del agua que se registra sobre todo en el oeste de la capital es producto de una mala distribución, de la que responsabilizaron a empresas contratadas por el organismo público. Además señalaron que, en contraposición, en los sectores de la ciudad donde el servicio está en sus manos, los problemas son menos o casi no se registran.
El delegado de la Junta Interna de ATE en la empresa, Carlos Trecamans, cargó contra las autoridades del EPAS de los últimos cuatro años, a las que acusó de "hacer figurar obras por 240 millones de pesos". Sobre esto, expresó que "son trabajos de una concreción al menos dudosa, porque si de verdad hubieran gastado ese dinero no estaríamos padeciendo esta situación".
En la conferencia de prensa que concretaron, dijeron que hay empresas privadas que mediante convenios con el EPAS manejan la distribución hacia el oeste de la calle Colón, en la capital provincial.
Según especificó Trecamans, se trata de "las empresas Vicom SA, Braspin SA y Montenegro", con las que ayer este diario intentó contactarse.
Detrás de todo el problema, ATE ve que "hay una estrategia para mostrar una pésima imagen" de la empresa pública "y lograr así privatizarla. A pesar de que son empresas privadas las encargadas de la distribución, los operarios y vehículos tienen el logo del EPAS", algo que los trabajadores del organismo han pedido que sea cambiado.
Dijeron que en los sectores de la ciudad donde el servicio lo brinda el Ente, los problemas son menores y que en todo caso no pasan días sin que los usuarios accedan al servicio. "Desde la calle Colón al puente carretero casi no hay inconvenientes: son los lugares donde el bombeo, la distribución, y las reparaciones las hacemos nosotros", dijo Trecamans. "En los barrios del oeste nunca pasó que haya cuatro o cinco días sin agua cuando la totalidad del servicio lo manejábamos. Siempre se garantizó un mínimo de agua", añadió.
Salieron al cruce de la obra del canal que se construye en cercanías del lago Mari Menuco, iniciado por el gobierno de Jorge Sobisch, con el argumento de garantizar el suministro en la capital y la irrigación en la meseta aledaña. "Es un canal que tardarán cinco años en construir. La planta potabilizadora que hace falta para ese canal, también es una obra a cinco años y todavía no se empezó", afirmó el gremialista. Y agregó: "si se hacen inversiones de forma correcta en los bombeos de toda la ciudad las soluciones son rápidas, pero es una decisión política que no está en nuestras manos".