Recorrer las restingas es una actividad muy interesante. Es como bucear por el fondo marino, pero sin agua, ya que la bajante lo ha dejado al descubierto.
Pero hay tres recomendaciones básicas para realizar: dos destinadas a la propia integridad, que tienen que ver con evitar los resbalones y con observar las mareas para evitar sorpresas.
Y la siguiente tiene relación con la preservación del lugar: cuando una piedra de la restinga se levanta o se da vuelta para observar debajo la biodiversidad que se refugia allí, es indispensable que luego vuelva a ser colocada de la misma forma que estaba, para que cualquier animal que la habite, vuelva a su hábitat natural sin ser afectado.