Irán es el único tema en el que el presidente George W. Bush y los dirigentes árabes han compartido su preocupación. En anticipo al viaje del mandatario estadounidense al Medio Oriente, las naciones árabes están dispuestas a frenar el creciente poderío iraní, aunque les preocupa hacerlo militarmente. A los países árabes, particularmente los ubicados en la región del Golfo, les preocupa el prolongado enfrentamiento entre Irán y Estados Unidos y temen que éste pueda agravarse y convertirse en un choque militar, que se vean en medio del fuego cruzado y que sus exportaciones petroleras vitales se vean obstaculizadas.
Asimismo, las naciones árabes han expresado su preocupación por la creciente influencia de Irán en la región, particularmente en Irak y en el Líbano.
Los países sunnitas como Egipto, Jordania, Arabia Saudita y las naciones del Golfo temen que Irán domine a Irak en los próximos años a través de su influencia sobre los políticos chiítas, sobre todo si se retiran los soldados estadounidenses. Los árabes quieren asegurar el lugar de la minoría árabe sunnita en Irak.
Incluso antes de que Bush comience su gira, los aliados árabes de Estados Unidos estaban impulsando esfuerzos para aislar a Irán. El centro de su interés es el Líbano, donde temen que Irán, a través de sus aliados Siria y el Hizbollah, fortalezcan sus posturas en la frontera con Israel. El enfrentamiento el fin de semana entre embarcaciones iraníes y la Marina estadounidense destacó los temores árabes de que estas tensiones se puedan convertir en violencia.
Bush, impopular en casa y en el extranjero en gran parte por la guerra en Irak, parte hoy para un periplo de una semana que incluirá su primera visita a Israel como presidente y la primera en su vida a Cisjordania. El viaje lo llevará además a Kuwait, Bahrain, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto. La gira de Bush busca forjar un frente unido contra Irán y aprovechar lo que él considera una oportunidad para crear un Estado palestino independiente en paz con Israel para fines de 2008. El propio Bush dijo que espera que los programas nucleares de Corea del Norte estén completamente desmantelados para cuando le entregue el poder a su sucesor y que las ambiciones atómicas de Irán queden contenidas. La presión es real. (AP/AFP)
SALAH NASRAWI / OLIVIER KNOX