SANTIAGO (AFP) - La muerte de un joven estudiante mapuche el jueves, en un enfrentamiento con policías, reactivó el conflicto social generado por la lucha de la etnia indígena más importante de Chile por recuperar tierras ancestrales, con protestas que se presentaron incluso frente a la sede presidencial.
El estudiante Matías Catrileo, de 26 años, falleció al recibir un disparo, supuestamente de un policía que repelía una violenta ocupación de una hacienda privada en la zona de Vilcún, en la Araucanía chilena, 700 km al sur de Santiago.
El predio es reivindicado como propio por comunidades mapuches de la zona, la etnia originaria más importante de Chile, a la que pertenece el 6,6% de la población total de 16 millones de habitantes. El cuerpo del joven permaneció retenido por varias horas por los mapuches, hasta que fue entregado a las autoridades, previa mediación de un sacerdote católico.
Tras su muerte se han generado una serie de violentas protestas, la última ayer en el frontis del palacio presidencial de La Moneda, en el centro de Santiago, donde un centenar de manifestantes se enfrentó con la Policía.
La revuelta frente a la sede de gobierno terminó con una decena de detenidos y una pileta ornamental teñida de rojo, en un gesto que buscó simbolizar la sangre derramada con la muerte de Matías Catrileo.
La noche del jueves, otras 20 personas fueron detenidas en una protesta también en el centro de Santiago. Manifestaciones similares se han registrado en varias ciudades del sur chileno, con barricadas y tomas esporádicas de caminos.
La muerte de Catrileo es el episodio más grave ocurrido en la zona desde el asesinato en 2003 de otro joven activista mapuche, Alex Lemún, quien también fue alcanzado por un disparo. El incidente es además el corolario a varias semanas de violencia, con una serie de atentados incendiarios a camiones y predios agrícolas y forestales. El 31 de diciembre fue quemado un camión de una empresa forestal, en un acto reivindicado por el grupo radical Coordinadora Mapuche Arauco-Malleco. A principios del mes, se registró otro atentado armado e incendiario a un campamento forestal.
Los mapuches reclaman para sí miles de hectáreas que consideran son sus tierras ancestrales y que hoy están en manos de grandes empresas forestales privadas. Cada cierto tiempo los mapuches realizan violentas ocupaciones de los terrenos, que incluyen ataques incendiarios.