SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un hombre armado y otro que lo secundaba privaron de su libertad a una taxista durante algunos minutos y, aunque no le robaron el dinero ni la maltrataron, la obligaron a trasladarlos hasta un lugar desolado.
El extraño episodio ocurrió ayer al mediodía, cuando la trabajadora acababa de dejar pasajeros en Villa Arelauquen y regresaba al centro de la ciudad. Al llegar al cruce del camino de acceso al Catedral, cerca de la gruta de la Virgen de las Nieves, la mujer detuvo su marcha porque se acercó corriendo un muchacho con intenciones de ascender al vehículo. En forma inmediata ascendió otro por la puerta del acompañante, exhibió un arma que tenía entre sus ropas y le indicó que circulara por un camino alternativo y poco utilizado en dirección al Catedral. A poco de andar los asaltantes le pidieron que detuviera la marcha y se bajaron del auto, sin despojar a la taxista ni hacerle daño.
La mujer efectuó la denuncia, brindó una descripción de los delincuentes y puntualizó que uno de ellos evidenciaba muestras de haber participado en una pelea poco antes.