La divulgación de datos negativos sobre la creación de empleo en Estados Unidos repercutió ayer con fuerza sobre los principales mercados bursátiles internacionales y de la región, ante el temor de los inversores al eventual inicio de un proceso recesivo en la principal economía del mundo.
El informe del Departamento de Trabajo de EE. UU. que dio cuenta que el nivel de desempleo trepó hasta el 5% en diciembre, el porcentaje más alto desde noviembre del 2005, también quedó reflejado en una baja en los precios del petróleo, que tras alcanzar durante la víspera una marca récord de 100,9 dólares por barril cerraron por encima de los 97 dólares.
La situación de fuerte volatilidad en los mercados financieros tuvo su origen a mediados del año pasado cuando se desató la crisis del sector hipotecario de alto riesgo en Estados Unidos, que no tardó en propagarse hacia el resto del mundo.
Tras el informe de empleo, que puso en blanco sobre negro la poco cómoda situación por la que atraviesa la economía del país del Norte, Wall Street cayó en picada y arrastró al conjunto de las bolsas internacionales a un fuerte rojo.
La mala nueva eleva la posibilidad de que la Reserva Federal (FED) recorte nuevamente la tasa de interés de referencia en su próxima reunión, para dejar en claro su decisión de emplear todas las armas a su alcance para combatir todo indicio de recesión.
Así, el Dow Jones Industriales, indicador más relevante de la principal bolsa del mundo, retrocedió 1,96%, mientras que el tecnológico Nasdaq perdió 3,77%. Si bien cerraron antes que Nueva York por la diferencia horaria, las bolsas del Viejo Continente también recibieron el golpe: el FTSE 100 de Londres cayó un 2,18% mientras el DAX alemán perdió un 1,35%.
En este contexto, el petróleo frenó su reciente escalada por los temores de recesión en Estados Unidos y el WTI cerró a 97,85 dólares, tras restar 1,33 dólares frente a los valores de ayer. El oro cerró en Londres con una caída de 6 dólares por unidad a un precio de 865 dólares la onza troy.