Miércoles 02 de Enero de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Internacionales
Una turba quemó a 50 personas en Kenia
Incendiaron una iglesia donde se habían refugiado. Ya son más de 300 los muertos tras las elecciones.

NAIROBI.- Una turba enardecida atacó ayer a una iglesia donde cientos de personas buscaban refugiarse de la violencia postelectoral en Kenia, matando a por lo menos 50 de ellas al quemarlas vivas, dijeron la policía y testigos.

"Hubo una turba enorme que atacó a la iglesia'', relató un testigo en Eldoret, a 300 kilómetros (185 millas) de la capital, Nairobi. El testigo pidió permanecer en el anonimato por temor a represalias. Un voluntario de la Cruz Roja que contó los cadáveres y ayudó a los heridos dijo que murieron unas 50 personas. Un funcionario policial, que tampoco quiso ser identificado, confirmó que varias personas murieron quemadas en una iglesia en Eldoret.

Tras las elecciones del 27 de diciembre, hasta el momento los disturbios causaron más de 300 muertos.

Al menos 70.000 personas huyeron de sus hogares en el oeste del país, donde imágenes aéreas que fueron divulgadas a la prensa este martes mostraban un escenario de caos, con casas y chozas incendiadas por doquier, y numerosos controles de seguridad instalados por bandas en las carreteras de la región.

"Es un desastre nacional", declaró en rueda de prensa el secretario general de la Cruz Roja keniana, Abbas Gullet. Solamente las personas del "buen grupo étnico" pueden franquear esas barreras, añadió, sin precisar a qué etnias se refería.

El presidente Mwai Kibaki entretanto, hizo un llamado para que los partidos políticos se reúnan inmediatamente y pidan a la población retornar a la calma.

Pero el principal candidato opositor, Raila Odinga, rechazó la oferta. "Si él anuncia que no fue electo, entonces hablaré con él'', dijo Odinga a The Associated Press. El líder opositor acusó al gobierno de alentar el caos, e indicó que el gobierno de Kibaki es "culpable directamente de genocidio''.

También ayer, Odinga dijo que mantiene sus planes de llevar un millón de personas a un acto de protesta en la capital contra Kibaki, al que acusó de fraude.

El gobierno prohibió la demostración, pero Odinga dijo, "No nos importa lo que digan''. Las denuncias de fraude están alimentadas por el hecho de que la oposición obtuvo la mayoría de los escaños en el parlamento. Además, hubo denuncias de inexplicables demoras en el conteo de votos, y numerosas anomalías. Por ejemplo, en un distrito, sufragaron un 115% de los electores inscritos.

La violencia estalló luego de la estrecha victoria obtenida por el presidente en las elecciones del sábado anterior.

La Unión Europea y Estados Unidos se han negado a felicitar a Kibaki, ante denuncias de fraude. En Gran Bretaña, el primer ministro Gordon Brown pidió que se inicie un diálogo entre Kibaki, quien se juramentó en el cargo para un nuevo período de cinco años, y el líder opositor Raila Odinga.

"Hay que poner fin a la violencia'', declaró Brown ayer en Londres.

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