En una nueva muestra de la sintonía entre el gobierno de su esposa, la presidenta Cristina Kirchner y Hugo Chávez, Néstor Kirchner partió ayer rumbo a Colombia como uno de los garantes elegidos por el líder venezolano para lograr liberar a tres rehénes secuestrados por las FARC (Ver pág. 25).

El viaje sirvió además en la estrategia desarrollada por la Rosada de acusar a Estados Unidos por las acusaciones que llegan desde Miami en medio del escándalo de las valijas.

Alberto Fernández, fue el encargado de reforzar las críticas. El funcionario volvió a vincular las derivaciones del caso Antonini en la justicia de ese país con los lineamientos de política exterior de la presidenta, en particular su cercanía con Chávez y la colaboración explicita en el rescate de los rehénes de las FARC.

"Lo que sí digo es que en algún momento lo hemos planteado, cuando vimos la actitud de Estados Unidos en el caso Antonini Wilson, entendimos que era parte también de una reacción a una serie de cosas, hablamos del Banco del Sur, de la relación con Venezuela, del discurso de Cristina Kirchner cuando asumió el cargo y dijo que tiene un fuerte compromiso con Ingrid Betancourt y que además iba a colaborar en su liberación", enumeró.

"Todos conocen el interés que tiene Estados Unidos en el combate frontal a la guerrilla colombiana, lo que se llamó el Plan Colombia. Me parece que es posible que todo eso tenga alguna lógica, de otro modo es muy difícil de entender la reacción de la Secretaria de Justicia de los Estados Unidos del modo que lo hizo y con la argumentación que lo hizo", agregó el jefe de Gabinete.

Además, reiteró su convicción en que Estados Unidos "se equivoca" en su interpretación de lo ocurrido con los casi 800.000 dólares ingresados ilegalmente por Antonini al país.

"Lo que mas quisiera es que la justicia americana actué con independencia y finalmente verifique la realidad. Si lo hace, se van a dar cuenta del error que cometieron", reforzó.